9° FIDBA: su director de programación nos cuenta detalles de la edición.

Comenzó el festival internacional con carácter competitivo dedicado al cine documental, cuya programación podrá verse online hasta marzo.

El 9° FIDBA, cuya programación podrá disfrutarse online entre diciembre de 2021 y marzo de 2022, tendrá films procedentes de 43 países con 260 películas, de las cuales 153 participan de sus 11 competencias, 62 son de origen nacional y más del 50% del total fueron dirigidas por mujeres.

La programación estará disponible online durante 12 semanas desde el 13 de diciembre hasta el domingo 6 de marzo de 2022. La oferta de películas se irá renovando semana a semana y el el 5 de marzo se realizará, de forma presencial, la premiación de todas las competencias y de #LINK, Área de Industria de FIDBA, que se desarrollará entre el 21 de febrero y el 4 de marzo.

Fausto Balbi, director de programación de FIDBA dialogó con Haciendo Cine para contarnos el detalle de esta nueva edición.

¿Cuál fue el principal desafío a la hora de programar una muestra que durará más de tres meses?

No creo que la extensión del festival haya influido demasiado en la programación. Al menos en su amplio segmento competitivo. El Festival ya en 2019, último completamente presencial, tuvo varias secciones competitivas: nueve frente a las once que hay hoy. La decisión de realizar un festival de tres meses nos permite darle tiempo a cada película para que se encuentre con su público potencial.  Aunque sin dudas las secciones panorámicas son mucho más amplias gracias a la virtualidad y a la extensión del evento. Te confieso que, personalmente, el formato me gusta mucho; pero creo que el auténtico desafío recién comienza y es el de trabajar para que cada una de las películas que confiaron en nuestro festival puedan alcanzar la mayor visibilidad posible.

¿Qué línea o eje curatorial tuvo esta edición?

El FIDBA es esencialmente un gran festival especializado en el cine de lo real. Nuestra responsabilidad es la de ofrecer una selección oficial que sea representativa del cine de no ficción de nuestros días. Tanto de sus búsquedas estéticas y narrativas, como de sus preocupaciones temáticas. Que nuestra Selección Oficial se divida en once competencias nos permite abarcar algunos de esas temáticas en concursos específicos (Derechos humanos, LGBTIQ, la representación de la mujer, etcétera).

¿Cuánto duró el proceso de curaduría y selección?

Fue un largo y arduo trabajo en equipo, fueron varios meses de trabajo intenso. Primero visionamos cada uno de los más de mil títulos inscriptos, pensándolos para la categoría en la que se inscribió o para otra que nos pareciera más adecuada. Y, una vez terminada esta etapa, trabajar la curaduría específica de cada sección procurando que quien siga una competencia en particular encuentre una lógica en esa selección.

¿Cómo viven el doble proceso que tendrá este año, presencial y online?

Este año tendremos una presencialidad muy limitada. De momento el único título que proyectaremos en sala será «La cordillera de los sueños». Ojalá pronto podamos hacer algún otro anuncio, pero por ahora el FIDBA 9 es prácticamente Online. Este formato nos permite ampliar nuestra sección panorámica y llegar a todo el país, federalizando el acceso al cine que amamos, disfrutamos, promovemos y difundimos.

Es difícil pero, ¿qué películas habría que tener en cuenta para hacer el recorrido por esta edición de FIDBA?

Un festival que abarca tantas películas y temáticas permite que se generen tantos recorridos como espectadores apasionados por el cine de lo real se acerquen. Dicho esto, creo que la competencia internacional es un recorrido en sí misma. A Rifle and a Bag (India) nos permite acceder a la realidad de una familia que abandona la lucha armada y procura reinsertarse en la sociedad. El secreto del doctor Grinberg (España / México) es un true crime tan increíble como apasionante. La notable cineasta lusitana Cláudia Varejão (Ama-san) vuelve a presentarse en nuestra competencia, esta vez con Amor Fati un filme que gira en torno a la complementariedad entre seres, siempre con la belleza y la plasticidad que ya son su marca de estilo.  La realizadora costarricense Carolina Arias Ortiz, por su parte, con sus Objetos Rebeldes nos invita a emprender un recorrido íntimo hacia la infancia y el duelo por la pérdida. Otro camino posible podría ser el del cine nacional. En Salir de puta Sofia Rocha ilumina las distintas posturas que existen en torno al debate sobre la prostitución como actividad, valiéndose de relatos de mujeres que estuvieron en situación de prostitución. Con Años cortos, días eternos Silvina Estévez (Escuela vida) regresa al FIDBA y posa su mirada sobre la maternidad, particularmente sobre los períodos que suceden al parto. Las delicias, de Eduardo Crespo, que acaba de estrenarse en el IDFA, nos ofrece un trabajo observacional sobre el ecosistema educativa que conforma a una escuela agrotécnica. También vale la pena destacar títulos como Observatorio, de Cristian Pauls, Llamarada, de Alejandra Almirón y Un bolso lleno de carteras, de Leonardo Petralia. Pero los filmes nacionales de todas las competencias conforman otro recorrido posible, vasto y diverso.  Por último, destacaría un nombre, el de Daniela Ema Aguinsky, una artista argentina de 28 años que ya fue galardonada por su obra poética y presenta aquí dos cortometrajes, uno a concurso (7 Citas de Tinder) y otro fuera de competencia (Balcones).

¿Expectativas para esta edición?

Siempre las expectativas son muy personales. Las mías son que podamos darle visibilidad a la mayor cantidad de películas posibles. Que el festival sea una herramienta útil para que las películas puedan llegar a un público mayor y más amplio. Poder abrirles puertas para llegar a más Festivales y que eso permita que aun más realizadores quieran estrenar sus películas en nuestro Festival.

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