“Necesito trabajo, me gusta trabajar” dice Fern, interpretada por la enorme y siempre efectiva Frances McDormand. La actriz de «Fargo» y «Tres Carteles por un Crímen» se pone en la piel de una mujer que ha visto como su trabajo, su marido, su pueblo, han ido desapareciendo; una mujer que, en el aferrarse a vieja vajilla y algún que otro traste más, se mantiene suspendida en el tiempo.
Trabajos temporales mal pagos, el frío que le cala los huesos en su destartalada van, con la que recorre caminos y caminos, un puñado de vínculos (Charlene Swankie, Linda May) y la férrea convicción que los recuerdos le otorgan sobre un pasado de “gloria” por contraste a un presente calamitoso, son los puntos que harán avanzar narrativamente un relato sobre pérdidas, heridas y sobre un Estados Unidos en el que el avance de la automatización de tareas laborales, la precarización, la marginalidad y el descarte, marcan el pulso de la economía.
La realizadora Chloé Zhao se permite combinar dos géneros, el drama social y la road movie, para relatar la historia de Fern, una mujer que ama la música, caminar, y errabundear por el mundo. Ella se convierte, aún con su entrada edad, en una especie de trabajadora golondrina, nómade, que atraviesa el país en búsqueda de subsistir.
La hija de una excompañera de trabajo le dice: “mi mamá me dijo que vos sos una homeless” -sin hogar-. A lo que Fern, estoica, responde “soy una houseless” -sin casa-, resistiendo siempre frente a la mirada del otro.
Porque de eso también habla la propuesta, del constante ejercicio y evaluación ante la atenta mirada del otro, que desconoce el pasado, presente y futuro de esa frágil y, a la vez, fuerte mujer. Alguien que debe rendir examen ante un mundo que le ha pasado por encima sin siquiera detenerse a voltear la cara y observar qué dejó en el camino.
“Creo que paso mucho tiempo recordando” enuncia a una especie de gurú de los nómades Fern, y en su constante devenir y andar, Zhao registra cada instante de la mujer como si fuera la última oportunidad que tuviera el espectador para verla.
Resiliencia, fortaleza, identidad, pero también sororidad, amistad, compañerismo, con una puesta en escena modesta, ascética, que construye en la idea de registro cuasi documental la no injerencia de su mirada en un relato que sorprende por la notable interpretación de McDormand. La actriz es un verdadero camaleón escénico, que se desnuda en cuerpo y alma en sus acciones, pero que no deja de reiterar algunos lugares comunes y subrayados en su estructura, clásica y lineal, narrativa.
Este es el trailer de «Nomadland»: