Crítica «Sound of Metal»: Una dura lección.

Suena fuerte Sound of Metal para la temporada de premios, principalmente porque la nueva producción de Darius Marder (The Place Beyond the Pines) tiene una increíble interpretación de Riz Ahmed, el protagonista.

“Nadie va a salvar mi vida, si no lo hago yo nadie lo hará”, dice Ruben Stone (Ahmed) en un momento clave de Sound of Metal, una potente producción que puede verse en Amazon Prime Video. El filme cuenta el derrotero de un joven baterista, miembro de una banda junto a su novia (Olivia Cooke) y que, habiendo superado una infinidad de obstáculos,  una prueba más lo enfrentará ante su propia humanidad.

En una primera etapa, la película de Darius Marder está narrada como una especie de road movie, en donde Ruben y Lou (Cooke) atraviesan el país para tocar cada noche en los lugares más insólitos. La resiliencia que demuestran tras varias pérdidas y decisiones los pinta de cuerpo entero para luego deconstruir esas imágenes y potenciar un nuevo comienzo a partir de un hecho que desencadenará un nuevo rumbo a todo el relato.

Ingresando en una especie de comunidad que intentará recuperar a Ruben de una imprevista afección que le cambiará drásticamente su vida, Marder elige no victimizar al protagonista, no juzgarlo, para, desde ese lugar, desarrollar una inspiradora historia sobre vínculos, enfermedades y la elección constante de aquellos que acompañan nuestro transitar en el mundo.

A la historia central, de Ruben, de Ruben y Lou, y de su vínculo con los médicos y con nuevos compañeros de vida, «Sound of Metal» suma una crítica sobre el sistema sanitario americano, el que, si bien puede asistir en primera instancia, deja librado a la suerte y fortuna de sus pacientes el devenir de una posible solución a los problemas presentados.

La cámara acompaña todo el tiempo a Ahmed, sabiendo que el actor de «The Night Of» es clave para comprender su búsqueda de salida, comprometiendo al espectador a empatizar, desde la escena uno, con un personaje que se sabe irá perdiendo puestos en su “apacible” vida.

Potente metáfora sobre la vida de un músico, sus egos, miserias, pero también su capacidad de resurgir de las cenizas, cual ave fénix, no importa con quién, ni en dónde.

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