Rodada en escenarios naturales, y convirtiendo la historia en una atrapante ficción que propone conocer al hombre tras el mito, «El Cid», superproducción de Amazon Prime Video, viene a demostrar el liderazgo en materia de ficción española.
Ya no es sólo hablar del boom de las series ibéricas, es comprender el poderío de una industria pujante que se anima, además, a exportar productos con icónicos personajes, como en este caso, Rodrigo Diaz de Vivar, el mítico Cid. Protagonizada por un elenco de figuras entre las que se destacan Jaime Lorente, Alicia Sanz y Carlos Bardem, Haciendo Cine dialogó con el trío para saber más detalles de la propuesta.
“Estamos acostumbrados a ficciones en donde la figura del héroe se coloca por encima del bien y del mal, en un contexto asociado a algo casi místico de “he nacido con un poder y con un don y haga lo que haga siempre voy a estar por encima del bien o del mal”. Esta serie cuenta la historia humana del héroe, sus pasiones, trampas, errores, virtudes, pero lo presenta como alguien más, que pueden identificarse los jóvenes. El nivel de empatía que puedes tener en el sillón de tu casa es diferente al nivel de empatía que puedes tener con Superman, que te puede gustar Superman, pero yo no empatizo en nada con Superman (risas)”, dice Lorente.
“Me parece erróneo definirlo como mercenario, es un término contemporáneo que es erróneo utilizarlo para definir algo que pasó hace miles de años. No puedo juzgar algo sin haber pertenecido a la época. Desde mi lugar contemporáneo hay cosas que me parecen mal, que me parecen terribles, pero no me siento con el atrevimiento de hacerlo”, suma.
“En esta serie se intenta contar el contexto político, social, sentimental, familiar de donde surge la figura de El Cid, como adolescente. Es un trabajo difícil, porque hay que conocer las condiciones del personaje para continuar. Es una temporada de presentación donde todo queda muy atado y luego la historia va a viajar hacia algo mucho más grande”, concluye.
“Estamos inspirados en la historia de El Cid, que existió, y vemos cómo era la España de ese entonces: Castilla y León, los reinos árabes, cómo convivían las culturas. Que el trabajo que hemos hecho pueda verse en 240 territorios me hace muy feliz, que se estrene en tantos países al mismo tiempo es como increíble”, cuenta Sanz.
“Creo que los problemas que existían en la época medieval siguen vigentes, como la lucha de poder, que es algo intrínseco al ser humano, la ambición y querer más y más, que no llega a buen puerto. En el personaje está algo del equilibrio, algo que viene de mucho tiempo atrás y Urraca, como mujer, quiere la igualdad. Siendo la primogénita quiere reinar. Todo en el fondo tiene que ver con la lucha de poder que viene hace mucho”, agrega.
“Urraca sentía mucha impotencia, y en una de las escenas confronta a su padre, el rey, que le recuerda que es mujer. Ese momento me hizo cuestionar muchas cosas que se asumen que, por ser mujer, no se pueden hacer. Sentía impotencia en muchas de las escenas como de querer gritar y no poder”, termina.
“Al ser una superproducción verdaderamente grande fue muy fácil poner la imaginación en marcha. A lo largo de la serie han participado 11 mil extras, hemos rodado en decorados, perfectos decorados, pero también en el 70 por ciento de las escenas se hicieron en locaciones reales: castillos, monasterios, iglesias románicas del Siglo XI. Era muy fácil llegar, sacarte el jean y ponerte tu ropa, con otro peso y textura, la espada, el cinto y ponerte a imaginar. Mi personaje existió realmente, está basado en él, pero esto es ficción, no documental. Se recreó al máximo la época, pero es ficción, y como actor te preguntas qué era lo que movió los pérfidos instintos del Conde Efraín”, menciona Bardem.
“Hace poco leí una definición interesante que dice que el pasado no existe, no existe porque vivimos en el presente y siempre lo interpretamos con la mirada del presente, por eso los mitos históricos han cambiado y se los apropia una mirada distinta. Acá está el mito de El Cid, y en la serie se trabaja con la adolescencia de él, algo que no se ha trabajado mucho. Es un recién llegado a la ciudad y de la mano que aprende, el espectador también. Todo bien ambientado, pero sin olvidar nunca que es una ficción”, asevera.
“Celebro que por fin hemos tenido los medios para contar un episodio de nuestra historia sin restricciones ni carencias, poder recrear de verdad. Esa responsabilidad está en la concepción del show, y por fin tuvimos los medios materiales para recrear una época, en vestuarios, escenarios y guiones con un lenguaje de ahora. Creo que conectará con la audiencia más joven por sus giros y su ritmo trepidante. El ser humano ha cambiado la ropa y los sitios donde vive, pero sus pasiones, miedos, deseos, siguen siendo los mismos. Desde esa perspectiva es algo muy moderno, reconocer que no hemos cambiado tanto”, finaliza.