«El Robo del Siglo»: Hablamos con Ariel Winograd y Guillermo Francella

Uno de los grandes tanques nacionales de 2020 llega hoy a las salas. Hablamos con su director y su protagonista sobre los retos de llevar este sonado caso policial a la pantalla

el robo del siglo

Por Rolando Gallego

El cine nacional arranca el 2020 con el que probablemente sea el mayor éxito del año: «El Robo del Siglo»?

¿Pero qué es “el robo del siglo”? Para los desmemoriados, un poco de historia: el 13 de enero de 2006, en el Banco Río de Acassuso, una banda de asaltantes tomó rehenes mientras vaciaban las cajas de seguridad. Huyeron por el sistema cloacal en dos gomones y luego subieron por una alcantarilla con alrededor de 15 millones de dólares. Engañaron a más de 300 policías. En la bóveda dejaron un cartel: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores”.

Haciendo Cine quiso saber más de esta gesta, una superproducción que ambiciona ser una de las películas más taquilleras de 2020. Para eso hablamos con los orquestadores de la producción: Ariel Winograd, Guillermo Francella (quien también hizo su aporte como uno de los productores) y Diego Peretti.

¿Cómo les llega el proyecto a cada uno?

Winograd: A los productores los conozco desde hace mucho tiempo. Fueron inversores en mi segunda película, “Mi Primera Boda”, en 2011. Cuando me ofrecieron el proyecto había varios guiones y versiones, y puntualmente recuerdo que pedí una asesoría. A partir de ahí hubo un retrabajo en el guion.

Francella: El proyecto data de hace muchos años. Había un libro, unos productores, unos guionistas y un director. Pero el asunto se dilató, diferían las ideas. No le encontraban la vuelta a lo que todos queríamos. Después vino otro proceso, con productores distintos, otros potenciales directores. Todo se puso en marcha cuando vino Alex Zito, Marvista, Viacom y la posibilidad de que esté Ariel. Ahí encontramos una sintonía linda, un libro mejor desarrollado, un guion ajustado, compacto.

Guillermo, ¿cómo encaraste a Vitette?

Francella: El robo del siglo tuvo tanta trascendencia entre la gente por empatía. Eran asaltantes que llamaron la atención por su buen trato. Recordemos que veníamos de la psicosis del 2001, con la plata que los bancos robaron. Una vez hecho el viaje junto a Ariel me sentí muy feliz, porque además se hizo todo de manera profesional, con un compañero de ruta increíble como Peretti. Para armar al personaje principalmente me basé en reportajes. Al estar Vittete Sellanes extraditado, hablé con él por teléfono y no personalmente. En esos reportajes pude ver cómo era: lo carismático, sus respuestas. Fue un proceso muy largo.

¿Fue complicado pensarla como película?

Winograd: Fue un largo proceso hasta encontrar el libro ideal. Una vez que cerramos el cómo encarar la historia, con un guion armado, pasamos a los personajes. Estos se planearon para pensar la banda en base al contraste. Está Guille que hace Vitette, Diego que hace Araujo, y ahí sumamos al resto de actores que configuraron el grupo. Cada uno de los actores hizo su propia exploración. Estuvieron muy metidos y desde ahí se construyeron los personajes. Desde ahí salimos a rodar muy seguros. Hicimos una biopic con mucha información, con gente viva que nos ayudó y que, ante consultas, teníamos respuestas específicas.

Pero igual se querían despegar un poco de eso…

Winograd: En el guion estaba muy claro todo. Quise ser muy fiel a lo que pasó. Sí hubo que agregar algunas cuestiones a nivel narrativo, pero siendo fieles a lo que fue el hecho real. Es una caper movie (de películas de planificación y ejecución de un robo), pero no deja de ser una biopic con gente viva alrededor, con lo bueno y malo que eso conlleva.

¿Para vos cómo fue la primera vez de interpretar a alguien contemporáneo?

Francella: En “El Clan”, Puccio ya estaba fallecido; pero tuvimos mucha información por parte de Pablo Trapero. Y cuando comenzamos los ensayos, leí entrevistas que Puccio dio. Pero fue otra cosa, más incómoda, más rara, no comulgando; pese a que acá tampoco comulgo con lo que el personaje hizo. El proceso del makeup y vestuario, lookearme para el robo, colocarme los bigotes postizos, el pelo para atrás, el traje gris, la kipá para cuando entraba al banco. Con todo eso comencé a sentir al personaje en mi cuerpo.

Una vez, en un ArteBa, se acerca una chica y me pregunta si iba a hacer de Vittete. Le dije que sí y me dijo: “Yo fui rehén”. Le pedí que me contara alguna anécdota y me dijo que fue muy bueno, que le dio mucha tranquilidad. Y cuando hablé con él, él no podía creer que ella recordaba el hecho delictivo con bondad. De a poco fui construyéndolo, a través de detalles, como cuando habla con la escribana, tranquilo, después pícaro, sale, se encuentra con la mucama. Resuelve todo desde la inteligencia y la picardía. Lo estético, los lentes, eran pruebas claves. Me fue muy útil: algo en la mirada, en la postura, en la tranquilidad. Todo eso me ayudó mucho.

 

SET PIECES

Uno la ve terminada, pero ¿cómo fue pensar logísticamente cada espacio?

Winograd: Un quilombo hermoso.

Francella: Un gran despliegue de producción. Se filmó en el desagüe real, en Perú y la costa, Perú y el río, donde Araujo fue por primera vez a visualizar que estaba a casi un kilómetro y medio del Banco Río. Fue caminando por Perú, bajó al desagüe, caminó, caminó, tiró la cinta. Se filmó en el túnel, en el desagüe. El resto lo completamos construyendo decorados.

Winograd: El túnel se construyó en tres etapas: una con diques que elevaran el nivel del agua para que anden los gomones y después con piletas llenas de agua. Además, tenía para abrir las chapas; y de ahí el tramo final: se hizo un falso cuarto, desde donde tiraban la plata. Después hubo composición con algunas tomas, con VFX y después el Banco. No era un banco donde filmamos sino una concesionaria, en Libertador. La tuneamos para que fuera lo más similar posible a lo que fue el Banco Río. Se hizo el banco de cero: con reconstrucción de cómo era en esa época, con mucha investigación e ingeniería. Fuimos al túnel, hasta donde se transforma en ese túnel de tiempo, caminar ahí, con pececitos, agua limpia, atentos a que no lloviera.

(LA ENTREVISTA COMPLETA LA ENCUENTRAN EN EL NÚMERO DE ENERO DE HACIENDO CINE)

 

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