Con testimonios de las figuras más representativas y una cuidadosa investigación, “Ítalo disco, el destellante sonido de los años 80”, de Alessandro Melazzini, invita al público a sumergirse en la música y cultura de una época que marcó a fuego a toda una generación, porque no fue solamente música bailable, sino también una estética y un fenómeno social.
Melazzini, de visita en el país, habló en exclusiva con nosotros para revelar detalles de esta titánica propuesta que pone en valor un legado que permanece hasta el día de hoy.
“Es siempre grato que te inviten a un festival, especialmente en este caso, tan lejos de mi país», empieza el director, que visita la Argentina por primera vez. «Sabía del país muy poco antes de venir», admite. «Sí sabía un poco de su historia, de Plaza de Mayo, de los desaparecidos, de la inestabilidad; pero también del amor de la gente por la herencia italiana, y de próceres como Piazzolla».
El director también conocía detalles de la arquitectura porteña y de su mímesis con la cultura y arquitectura europea. «Sabía también que la ciudad era muy parecida a Europa. De hecho, Recoleta y Palermo Chico me parecieron a Milán, pero en grande. Eso me sorprendió, claro que al estar aquí conocés más, visitás varios lugares”, cuenta Melazzini sobre su estadía durante BAFICI.
Con varias proyecciones de su película ya realizadas, el director admite que «la recepción aquí fue maravillosa. Uno siempre se sorprende, y más acá que las proyecciones sucedieron en tres salas completamente diferentes, con públicos diferentes también. Hubo gente mayor y jóvenes, con los que al finalizar las proyecciones pude dialogar. Si bien toda la experiencia fue breve, fue todo muy intenso”, continua sobre su participación en el Festival.
El director de 48 años tiene una amplia carrera como documentalista. Si bien cuenta «Italo Disco» es su cuarto largometraje como director, Melazzini tiene casi treinta créditos como productor de documentales para la televisión y el cine.
“He hecho documentales bien distintos, con monjes, sobrenaturales, sobre la Cicciolina, sobre lo que se te ocurra. Y si bien ya hice documentales sobre el punk y música clásica, en este quería trabajar aspectos sociales, económicos y políticos. Ese es el desafío. Vivo en Munich, sé de la influencia que tuvo en la música del país, porque el movimiento de la Ítalo Disco tuvo una gran repercusión fuera del país. Leí mucho, en internet, libro, desarrollando el proceso durante mucho tiempo y eligiendo a los entrevistados sabiendo que no quería hacer un documental sobre cantantes del momento uno tras otro, y seleccione muy bien a los entrevistados”, finaliza.