«El 3 noviembre de 1995 estallo la Fabrica Militar de Río Tercero, Córdoba. Miles de proyectiles se dispararon contra el pueblo que los producía. Con 12 años, mientras intentaba escapar de las explosiones, registré la destrucción con una cámara de video. Veinte años después me encuentro con esos archivos. La explosión escondió el mayor trafico de armas en el que se vio involucrado el gobierno argentino. La ciudad continuo creciendo pese a la tragedia pero la amenaza del polo industrial y militar aun persiste».
Ese es el concepto detrás de «Esquirlas», el documental de Natalia Garayalde que se convirtió en una de las películas más celebradas en festivales del cine argentino del último año. La película es uno de los estrenos del Malba de septiembre. Se podrá ver todos los viernes a las 21.00 hs. «Esquirlas» fue aplaudida y ganó premios en Mar del Plata, en Jeonju y Visions du Reel.
Además de CABA, se verá en Córdoba en distintas pantallas:
Jueves 9/9 – Cineclub Municipal Hugo del Carril (Córdoba) a las 15:30 y 20:30.
-Viernes 10/9 – Cinema Strike (Río Tercero)
-Jueves 16/9 – Centro Cultural Leonardo Favio (Río Cuarto)
-Domingo 26/9 – Espacio INCAA (Villa María)
“Empecé primero a hacer la película sobre las explosiones y mucho tiempo después encontré los casetes», cuenta la directora sobre el proceso de armado. «Había empezado con la historia del operario que había sido señalado como supuesto responsable del accidente. Tenía mucho material recopilado sobre años de investigación y participación en movimientos sociales por pedido de justicia e investigación de la causa. A los casetes los encuentro en una pausa del rodaje, al enfermarse él, y eso me obliga a vivir el duelo familiar por mi hermana y padre. Buscando recuerdos familiares encontré estos casetes, sin saber que había tantas horas filmadas de las explosiones. Cuando logré digitalizarlos me impactó ver a mi hermano y a mí registrando la casa destruida, pensando que la cámara era como un escudo protector. Eso me impactó mucho, y también el cambio de nuestras miradas a partir de ese hecho, porque los primeros videos eran muy lúdicos, explorando las posibilidades de la cámara, y después imitábamos el lenguaje adulto, periodístico”, dice Natalia Garayalde, directora de la película.