Hubo un tiempo en el que el cine de género local era invisible para las grandes productoras, para la movida del Nuevo Cine Argentino y hasta para el INCAA. De los pocos intrépidos que empezaron a torcer las cosas se encontraban dos hermanos que vivían en La Plata: Adrián y Ramiro García Bogliano. Junto a Hernán Moyano, esta tríada era una máquina de realizar filmes de terror o violentísimos thrillers independientes. De este grupo surgieron películas como “Habitaciones para turistas”, “No moriré sola”, hasta llegar a “Sudor frío”, en 2011, la segunda película de terror nacional más taquillera de las últimas décadas.
Tras el estreno de “Penumbra” (2012), última película del grupo, los Bogliano partieron a México, en donde empezaron a recorrer caminos separados. Adrián lleva varios filmes en tierra azteca para el mercado internacional de terror; mientras que Ramiro volvió a nuestro país para empezar su carrera como realizador en solitario.
Ese camino empezó con “Expansivas”, un crudo thriller sobre dos hermanas que se reúnen años después del asesinato de su madre con el propósito de vengar esa muerte. En el medio se verán involucradas en una trama de trata de blancas y de violencia hacia las mujeres. Coproducida entre Argentina y España, el elenco se sale de los cánones del cine de género local. Por un lado, está Martina Juncadella, quien es una figura reconocida entre el cine de autor por sus trabajos en “Abrir puertas y ventanas” y “Habi la extranjera”. Por el otro, debuta en cine la cantante Sara Hebe, quien es considerada por muchos como la mejor rapera argentina.
No están solas. Del lado español vino una presencia imponente en el cine ibero-americano: Assumpta Serna.
«Expansivas» puede verse esta semana por Qubit.Tv y en Cine.ar . Hablamos con Ramiro García Bogliano sobre su regreso a la sangre argentina.
Es tu regreso al cine como director desde “Penumbra” (2012) y tu primer proyecto en solitario.
R.G.B: Un año antes de “Penumbra” había filmado en Puerto Rico una película llamada “Donde duerme el horror”, que fue un éxito en ese país. Ese filme nos abrió las puertas a mi hermano y a mí para empezar a trabajar en México. Pero yo tenía dos proyectos en los que venía trabajando desde 2012. Uno se llama “Endemoniados” -que todavía está financiándose porque es una producción muy grande- y el otro “Expansivas”, que nos lanzamos a rodarlo antes. “Expansivas” cayó en manos de Jimena Monteoliva en 2015, justo cuando ella estaba haciendo “Kryptonita”. Tuve la suerte de que le gustara el proyecto y, luego de re-escribir el guion, lo presentamos al INCAA, recibió interés, filmamos y aquí estamos.
¿Y cómo llegaste a la coproducción con España?
R.G.B: Nos fue indispensable la participación en Blood Window, donde pitcheamos el proyecto ante muchos productores e inversores de distintas partes del mundo. Lo que nos ayudó mucho fue el haber filmado un teaser con las dos protagonistas y eso llevó a que todos los interesados tuvieran ya una idea visual de lo que queríamos hacer.
¿Y qué te hizo elegirlas a ellas como protagonistas? Son elecciones llamativas, ya que son actrices que uno no esperaría ver en una película violenta de género. Sara Hebe es cantante y este es su debut en el largometraje y Martina Juncadella tiene un perfil más del cine de autor de festivales.
R.G.B: Me gustaba que no fueran elecciones obvias. La verdad es que al armar el guion no tenía actrices en mente para los protagónicos. Y al empezar el desarrollo, Catalina Oliva, la directora de arte, me dijo: “¿Y por qué no se lo proponés a Sara Hebe?”. Ella no sabía que de Sara hace años que soy super fan; me encantan su música y sus videos. Con Martina pasó algo similar: me encantaba ella como actriz, la había visto en “Los santos sucios” y en “Abrir puertas y ventanas”, y me parecía genial que una actriz que viniera de otro palo del cine estuviera en una película de género.
Suele estar esa división en la industria argentina en la que se ve a las mismas caras haciendo un cine con perfil más de autor y a otro grupo en el rango del género, pero no suelen cruzarse…
R.G.B: Es que hay mucho prejuicio de los dos lados. Me parece que cuando uno ve cine extranjero, ya sea norteamericano o español, sentís que esos prejuicios no existen. Los técnicos, los actores, van participando en todo tipo de proyectos: ves a protagonistas de películas de autor en el cine de terror o de acción, y viceversa. Me parece que acá hay tema en plan “ranchito” en ambos lados del espectro, y quería quebrar un poco con eso. Un thriller con personalidades reconocidas, pero que fueran rostros frescos para el género.
¿Cómo te corriste del cine de terror para llegar a un thriller con un componente muy actual, como es la violencia de género?
R.G.B: Cuando pensé la película tenía una influencia un poco más fantasiosa, en la que los personajes ya estaban en este rubro de “vengadores” en contra de los abusadores. Pero en un diálogo que tuve con mi hermano, me dijo que sería interesante plantearlo más como una película “de orígenes”. Y mientras desarrollaba el guion, empezaron a surgir todos estos asesinatos de mujeres en la vida real, niñas que aparecían violadas y asesinadas, como por ejemplo el caso Candela. Todo eso me movilizaba un montón, me generaba una bronca tremenda que pude canalizar y ver qué sucedería si, de manera más o menos realista o verosímil, surgieran mujeres que se enfrentan a los abusadores en forma de vengadoras.
Y ahí te corriste un poco de lo más fantasioso…
R.G.B: A mí siempre me gustó el policial, en particular en la literatura. Escritores como Jim Thompson. Me interesa mucho el hard-boiled y hace mucho quería hacer algo en el cine dentro de ese estilo. En el cine argentino siempre hubo una tradición muy rica en el género, con las películas de Adolfo Aristarain y de Juan Carlos Desanzo. Y quería jugar con esas reglas: “¿qué pasa si en vez de Ranni, la vengadora es Sara Hebe?”. Siento que, si bien el thriller está volviendo a ser un género popular en Argentina, la mayoría de lo que se ve es demasiado elegante y querría que fuera todo un poco más violento.
Hablábamos de las actrices. Una viene de la música, la otra del cine de autor. ¿Cómo fue trabajar con ellas en roles tan demandantes desde lo físico, con escenas de violencia, de tiroteos y galones de sangre?
R.G.B: Fue un sueño trabajar con ellas. Filmamos un teaser, no sólo para mostrar a inversores, sino para que ellas también empezaran a interiorizarse con esta exigencia física. Hablamos mucho sobre el guion, para que tuvieran en cuenta no sólo las referencias sino las intenciones del proyecto. Tuvimos una temporada de ensayos en la que terminaron de entrar por completo. Martina me dijo: “yo nunca hice género, me tenés que explicar cómo es esto”. Pero una vez que le agarró la mano, se convirtió en alguien todoterreno. Y Sara Hebe, como viene del escenario, es super intuitiva y llena de energía. En las escenas de acción la tenemos que frenar, ¡porque va siempre más arriba! (risas).
¿Y qué indicaciones le da un director de género a alguien que no tiene experiencia en el manejo de la acción?
R.G.B: En el pasado era de basarme demasiado en las referencias al momento de tratar con los actores. Y me di cuenta que eso es algo que es fundamental para el equipo técnico, pero no tanto para los intérpretes. Me parece interesante que los actores se crean lo que están haciendo, que entiendan para dónde se dirige todo; pero que no imiten o se basen demasiado en actitudes de otras películas. Porque además, estamos hablando de una película nacional de presupuesto acotado, no es “Taken”. La idea es que funcione dentro de esa estructura. Buscamos un tipo de violencia más cercana a lo que ves en las películas de Takeshi Kitano: algo que explota de golpe.
No están solas las chicas. Las acompaña Assumpta Serna.
R.G.B: Que esté Assumpta es un sueño. Surge en el momento en que entra la coproducción. Ni siquiera había llegado a proponerla ya que me parecía inalcanzable. Es una de mis actrices preferidas. Yo crecí en la década del ´80 y con mi hermano veíamos infinidad de películas en VHS. Y una de las que más nos impactó fue “Coto de caza”, que dirigió Jorge Grau en 1983, y que es una inspiración total para este filme y para una película que hicimos hace unos años, “No moriré sola”. Nunca nos la pudimos sacar de la cabeza, ni a ella ni a la película en sí. Entonces, cuando me la propusieron, dije de inmediato “Me encanta” y fue estar cruzando los dedos hasta que ella aceptara.
LAS VENGADORAS
Hablaba con el director sobre cómo no suelen mezclarse los actores de las películas de autor (digamos ‘el perfil más BAFICI’) con los de cine de género, en particular de terror o de explosiones de violencia como ésta.
MARTINA JUNCADELLA: Es una cagada que exista esa división. Uno debería poder estar agradecido de poder hacer todo. Para mi es una experiencia muy divertida. La película combina una historia familiar, con un costado más sensible, de vínculos, y de golpe tenemos un policial con sangre, tiros, persecuciones. Y eso es una buena mezcla.
Me dijo Ramiro que le pediste que te guiara ya que no estabas acostumbrada a lo que se requería para un papel de género, donde prima lo físico.
M.J: No me preocupaba el desafío, pero sí quería que fuera creíble todo lo que hiciera, después de los ensayos que tuvimos con coach de cuerpos. Sara es la más complicada, ya que tiene las escenas más difíciles a nivel físico.
SARA HEBE: Odio la palabra “coach”. Prefiero entrenador. Alguien que nos daba indicaciones específicas. Está bueno lo que dicen: Marini, que es quien nos da las indicaciones y nos enseña las cuestiones de peleas, de cómo poner el cuerpo y cómo reaccionar bien. Y Noe, que me enseña las puntas en cuanto a la actuación. Más allá de un par de cosas en teatro nunca tuve este nivel de exposición a nivel actoral y está bueno salirse de la zona de confort.
M.J: Y Franco Burattini, que es como la eminencia de las armas en cine.
S.H: La mirada de Ramiro como director es genial, le pedí que me orientara sobre lo que hay que hacer. Es la primera vez que actúo y en la pantalla grande se ve todo.
M.J: Fue fabuloso poder trabajar con Assumpta también. Ella vino de España para ser el rol de nuestra tía. Trajo mucha información y cosas que nos sirvieron para pensar la película y darle un broche a ciertas dudas. Hablamos mucho de la película en general. Hay algo medio fastidioso de los actores a veces que tiene que ver con sólo pensar en su personaje y no en la estructura más global. Ese es el TOC del actor, pensar su cosita nada más. Está bueno estar más interiorizada de todo, pensar más en general y así lograr entender todos lo mismo sobre todo lo que está pasando.
Este es el trailer de «Expansivas»: