“Hékate”: Nadia Benedicto y una historia valiente de mujeres

Tras pasar por festivales como MAFICI y ASTERISCO, esta propuesta nacional llega al Gaumont esta semana.

“Hékate”, de Nadia Benedicto, protagonizada por la siempre efectiva Sabrina Macchi junto a Rosario Varela y Federico Liss, muestra el viaje a los infiernos de dos mujeres que deciden terminar con años de abuso a partir de un encuentro casual.

Con un impecable trabajo técnico y la particularidad de explorar el género road movie con sus propias leyes, esta atrapante y latente propuesta cuenta también con una participación de  Julieta Brito y en cuyo título está la clave de la narración, una salvación, una protección, o un camino distinto.

Nadia Benedicto, en la que es su segunda película tras «Interludio», nos cuenta sobre el lanzamiento de «Hékate»: “Estoy super contenta, entusiasmada por el estreno, porque es un poco encontrarte con la verdad. Si bien estuvo en varios festivales y tuve feedback de quienes la vieron, es otra cosa cuando el estreno es en otro marco. Por suerte fueron emotivas las funciones de las que participé acá, como la del festival Asterisco, y también una de Luz del desierto, en Avellaneda, de la que recibí buenos comentarios, al igual que en el FAB de Bariloche. Hace poco estuve en Estados Unidos, en el festival de Atlanta, y gustó mucho, sobre todo a los programadores, que me dijeron que se quedaron impactados con la propuesta”.

Uno de los puntos destacados de “Hékate” es su factura técnica, y consultada sobre si para ella es importante esto, la directora dice: “Sí, tengo más conciencia sobre la importancia de los elementos, y además tuve la suerte de trabajar con un equipo que, por ejemplo, fueron sus primeros trabajos, como con la directora de fotografía, que me entendí mucho con ella, y con cada uno del equipo que me acompañó. Creo que además de la historia potente, la parte técnica tiene que estar controlada y aportar. No es lo mismo que no lo sea así, porque todo termina construyendo. Esta película es súper independiente, con presupuesto acotado y filmando en dos semanas y media. Pero todo el equipo se vio atravesado por la historia, como en esas películas en las que terminan sintiendo que es de todes, aportando su visión y forma”.

Otra particularidad del proyecto, aunque viene siendo cada vez más común encontrar este detalle en filmes con narrativas centradas en el universo femenino, es que todo el equipo técnico estuvo conformado por mujeres. Según la directora, no fue algo buscado sino que «fue algo que se dio. Sí me pasa que tengo mayor entendimiento a la hora de trabajar con mujeres. Estaba la intención pero no era la idea que no iba a sumar varones, no era algo determinante. Pero se dio así y creo que para el tipo de película que es está bueno que la mayoría sean mujeres la que lo componen”.

Las actrices y actores de “Hékate” provienen del teatro más que del hacer cinematográfico o audiovisual. “En mis películas hay casting pero la elección depende del personaje y demás», admite Benedicto. «Y en estas propuestas que no fueron por INCAA, no me puse a pensar en tener un casting con actores o actrices inalcanzables. En este caso, para hacer el casting, que fue un proceso que duró casi seis meses, fuimos al teatro, anotamos a todos los que nos gustaban y después armamos un listado más breve. Creo que además también la elección tenía que ver con la intensidad que manejan los personajes, y que era necesario que quienes los encarnen tuvieran herramientas”, asegura.

“Con las actrices hubo encuentros previos, de lectura de guion, de poner ideas sobre la mesa y al rodar había una necesidad de rodar la historia lo más cronológica posible para que sumaran esa carga. Porque si no iba a ser raro: empezar por escenas del medio o ir para atrás.  Eso fue también algo que acordamos con ellas. De hecho en el rodaje ellas se encerraban y trabajaban mucho las escenas. Trabajar con ellas y con Federico fue un placer”, menciona.

Sobre el tema central de la propuesta, la realizadora suma: «El proceso fue muy personal, con un origen no tan directo sobre algo que me atravesó a mí. Pero sí era algo que estaba muy impregnado desde la historia de mi madre, de mi abuela, como algo transgeneracional. Creo que si se habla en este momento de esto, y el foco, que habla de un nivel de gravedad horrible, está puesto en pensar cómo salir, ponerle fin o si es posible siquiera. No lo sé. Pero esto es un granito más de arena”.

 

 

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