“La Casa de los Conejos”: un estreno que revisa el pasado más oscuro de Argentina

Hoy se estrena en salas la adaptación de la novela de Laura Alcoba, con Guadalupe Docampo, Nahuel Viale, Paula Brasca como protagonistas.

Con tan sólo ocho años, Laura está acostumbrada a usar nombres falsos y a cambiar de casa. Sabe que para sobrevivir es necesario no decir nada ni siquiera a sus abuelos. Los padres de Laura esconden las armas en escondites en el techo de cada casa en la que viven. Pero cuando el padre cae preso, la madre se tiñe los pelos de rojo brillante y, junto con Laura, se instalan en la casa de los conejos.

Protagonizada por Guadalupe Docampo, Nahuel Viale, Paula Brasca y Patricio Aramburu, «La Casa de los Conejos», dirigida por Valeria Selinger, adaptando la novela homónima de Laura Alcoba, cuenta cómo una niña se encuentra a merced de las decisiones de sus padres en un momento particular de sus vidas.

Sobre su llegada al mundo de la novela, Selinger comenta: “Mi madre es escritora y vive en Barcelona. Recibe muchos libros, y este en particular me lo dio y me dijo te va a gustar. Y así fue: lo leí de un tirón, es corto, es muy afable, y por eso tiene tantas ediciones y re ediciones. Sentí como si me hubiesen contado mi vida con otros detalles, sobre todo por la niña protagonista y el exceso de saber que tiene aún en su corta edad, algo que sucede cuando sos niño y te brindan información que te es imposible de gestionar. En eso me reconocí. El segundo hilo tiene que ver con los bebes apropiados, robados durante la dictadura militar, y en este caso la gestación de Clara Anahí, con las Abuelas de Plaza de Mayo, y Chicha, por quienes tengo una ternura particular, como muchos argentinos. Vi en la novela conectadas mi vida personal y algo de lo universal, y vi enseguida una película”.

Para el protagónico eligieron a Mora Iramaín García. “More tiene una historia en común con su personaje. Sus propios abuelos son desaparecidos, algo que me contó en el casting. Vimos a muchas niñas, pero ella tuvo este plus y ejercitamos con ella para ver cómo reaccionaba a determinadas cuestiones, y siguió el juego y lo vivió, se emocionó ella y me emocionó a mí. Ella actúa de un modo natural”, agrega la directora sobre el trabajo con la niña protagonista.

Patricio Aramburu, uno de sus intérpretes:  “Llegué al proyecto por la directora Valeria Selinger, que me lo acercó.  Mi personaje es el hijo de Chicha Mariani, Daniel Mariani. Es raro porque con Paula Brasca, que hace de mi mujer, empecé a ver fotos, investigamos, y hoy gente que vio mi trabajo le dicen a la directora que me parezco a Mariani. Leí cosas históricas, pero traté de ponerme en un lugar de sensibilizarme más en la relación con la niña protagonista. Trataba de conectar con esa situación, porque lo que cuenta es todo lo que pasa fuera y dentro de la casa, que era un centro de operaciones de Montoneros, pero es el funcionamiento de eso, desde la mirada de la nena. Entonces pensaba más en cómo vincularme con ella, que tiene la mirada central de la película, que es la adaptación del libro”.

Guadalupe Docampo es una de las actrices jóvenes más reconocidas del cine argentino. Sobre su llegada al proyecto y su preparación para el rol comenta: “Valeria me convocó cuatro años antes de hacerla. Ella tiene una historia muy similar a la que cuenta la película. Leí la novela y el guion, si bien tiene su recorte o particularidad de Valeria, es bastante fiel al libro. Apenas supe que iba a encarnar a Ana, entendí no sólo que es un personaje mucho más joven que yo, sino una mujer con mucha fortaleza y entrega por la revolución y con una idea potente sobre la maternidad. Eran temas que sentía lejanos a mí, y para construirla pude, gracias a amigues, conectarme con miembros de HIJOS y visitar la ESMA. Además investigué mucho, para empaparme y comprender el compromiso político a riesgo de muerte de los protagonistas. Con el estudio y la entrevista pude entender mucho más sobre lo que estaba aconteciendo”.

“La problemática que plantea la película es la de una historia escrita post dictadura y post juicios, sobre una niña que ahora es mujer y que alza la voz para decir lo que sufrió. Indagando en la historia de estos jóvenes, que creían que otro mundo era posible, convencidos que iban a cambiarlo, tal vez la forma de vida en la clandestinidad era parte del sacrificio para lograr alcanzar ese mundo. También había algo que si mi personaje dejaba con sus padres a su hija, terminaba siendo moldeada en base a una mirada del mundo que querían cambiar por completo. Abordé el personaje no desde el prejuicio o el juicio, sino tratando de entender por qué hacía lo que hacía y que en este caso, creía que era lo mejor que podía hacer”, finaliza la actriz.

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