«La muerte no existe y el amor tampoco»: Eternamente amigas

Fernando Salem regresa al cine de sentimientos tras su exitosa ópera prima "Como funcionan todas las cosas". Hablamos con el realizador sobre su nueva película

la muerte no existe

Nada más ni nada menos que con la adaptación de Agosto, de Romina Paula, es que Fernando Salem (“Como funcionan casi todas las cosas”) vuelve a la pantalla grande con “La muerte no existe y el amor tampoco”, protagonizada por Antonella Saldicco, Justina Bustos, Agustín Sullivan, Osmar Nuñez y Susana Pampín, entre otros.

Los fantasmas envuelven a Emilia (Saldicco) al regresar a su pueblo natal para ¿despedirse? de alguien. HACIENDO CINE dialogó con el realizador para conocer más de esta nueva película, pero también de sus próximos proyectos y Zamba.

¿Cómo manejas el nivel de presión? Todos estamos esperando tu segunda película…

Me comporto como si eso fuese una realidad pero no me lo creo. Si es una responsabilidad primero haber estudiado en la ENERC, haber hecho un corto, una primera película y se entendía y viajó y el público la fue a ver, al hacer una segunda tenes que trazar una línea y dos puntos, y ver, qué querés filmar, qué temas tocar, si sigo filmando siempre va a ser así. En ese sentido tengo mucha presión yo sobre mí mismo. Hay mucha expectativa, alrededor de la adaptación, la música de Santiago Motorizado.

Venís arengando mucho, esa expectativa está…

Sí, no fuimos ingenuos, creamos un casting que convoque a gente de teatro, de las series, con personajes distintos.

Agustín está corrido…

Sí, no es un personaje heroíco, es su primera película, quería en esta película explorar otras cosas, a ellos les vienen bien, les gustan, ahí se hace algo angelado, conectas con las cosas que querés y trabajar con buenos actores y actrices, aporta, Justina Bustos, Osmar Nuñez, Agustín, Antonella Saldicco, Susana Pampín. A Antonella la tuve un año sin confirmarla y se preparó todo.

¿Fue difícil adaptar la novela?

Sí, porque ahora con el diario del lunes parece que todo tenía una forma, pero hasta hace nada no sabía. Fui como fan a Romina y le dije que quería adaptarla, me midió un poco, fue al MALBA, vio “Cómo funcionan…”, Pilar Gamboa y Esteban Bigliardi le hablaron bien de mí, me dio los derechos, fue muy generosa y me dijo que haga lo que quiera, que ella escribió eso en ese momento, pero que yo podía hacer lo que quería con la obra. Pensé en trabajar con ella, pero ella fue muy sabia, y fui a contarle que Andrea iba a tener cuerpo, se quedó en silencio un rato y me dijo que le parecía fantástico porque me estaba alejando del libro y eso era bueno. Tenía miedo, pero la película aborda temas que me interesaban muchísimo, no aborda otras digresiones como los sueños, que ella describe muy bien. Trabajé con Esteban Garelli, que fue coguionista de “Como funcionan…”, en edición también. El libro tiene estas dos historias, de ella con su amiga, de ella con su viejo amor, bastante separadas, que el lector, o en este caso el espectador, trata de ordenar, y por eso pusimos los separadores, la muerte y el amor.

¿Qué fue lo más difícil de rodar?

Por suerte trabajo con Georgina Pretto en DF, si bien el blanco de la nieve es complicado por la cantidad de luz, también es lindo el ángulo del sol, es parejo en agosto, medio con un ángulo lateral, no cenital, eso le da una imagen a la película. Trabajamos con la paleta de colores con Matías Martínez, como era Buenos Aires y cómo el Sur, desde las texturas, que es algo inhóspito, las comunidades nos recibieron muy bien, donde ponés la cámara se ve todo muy bien. El lugar es caro, a nivel logístico es complicado, tenés que llevar todo, necesitas una mano, acompañamiento. Creo que el cine tiene una función social y hablo y los hago parte del proyecto.

“Como funcionan…” estuvo varios meses, ¿cómo la vas a acompañar?

Hay que moverse y encontrar al público. La idea es pasarla en circuitos no tradicionales, que acerquen la proyección a una experiencia más teatral. Voy a pitchearla en los cines como hice con mi anterior película. Es un deber que tenemos como realizadores hacer películas que convoquen, y sino establecer cuál es nuestro público y buscarlo. Hay que comunicarla, por ejemplo, en el afiche no poner una película de Fernando Salem, sino basada en Agosto de Romina Paula, yo estoy convencido de esto.

¿Es difícil empezar a soltarla? ¿Estás trabajando en un nuevo proyecto? ¿Vuelve Zamba?

Estoy escribiendo un nuevo proyecto, pero recién estoy soltando esta. Estoy empezando algo, tal vez en un desierto y un personaje masculino, pero estoy revisando ideas de libretas, porque quedas vacío cuando terminas un proyecto. Estoy escribiendo Petit. En este tiempo estuve generando contenidos infantiles. Y en relación a Zamba, es un proyecto educativo con una visión de país, que me parece lógico que en los cuatro años de la gestión de Macri no haya estado. Lo pensamos siempre, con Sebastián Mignona, y el equipo, que queríamos hacer algo trascendente y que durara en el tiempo, como herramienta educativa y que se vea en las casas. A mí me conmueve todo lo que pasó, pero no lo siento propio, estuvimos en un momento que el proyecto quería esto. Si el proyecto de país que se viene quiere recuperarlo me encantaría. Yo no estoy más en el área.

Te dolieron las imágenes de los muñecos rotos en Tecnópolis…

Por haber estado en el proyecto, verlos rotos, te duele, te da tristeza, pero si hay algo que me enseñó Zamba es que los proyectos de país son a largo plazo, y reciben golpes y contragolpes, siempre pongo el ejemplo de San Martín, que tenía un plan continental, y desde Mendoza pedía insumos, y sabía que Rivadavia era circunstancial, por eso me parece entendible y comprensible que el proyecto del gobierno que se fue lo parara, pero uno tiene que mantenerse con sus ideas para organizar hasta que se vuelve. Es bueno para la democracia que haya alternancia, claro que no me gusta que hayan dicho que estaba podrido por dentro, pero las personas pueden decir lo que sea. Se critica mucho el capítulo de Sarmiento, que escribí y dirigí yo, pero como él decía: Las ideas no se matan, y todo lo que hicieron con Zamba, lo hizo más fuerte, sigue siendo una herramienta para los padres, maestros, chicos, ojalá se siga haciendo y son sanas las discusiones que abre, ojalá que se haga, no trabajo más en la productora, Zamba se siguió haciendo, no es algo autoral, no soy ni Caloi, ni Quino, ni Fontanarrosa, es parte de un proyecto de país.

 

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