Este jueves llega a los cines argentinos «La Última Noche», de Camille Griffin, un oscuro relato en donde la realidad que nos toca vivir durante la pandemia, es llevada al extremo en un relato de decisiones terminales.
Rodada tiempo antes de la situación extraordinaria que atraviesa a la humanidad entera, en la propuesta, con un gran elenco, encabezado por Keira Knightley y Matthew Goode, se destaca la actuación del hijo de la realizadora, Roman Griffin Davis, en una historia que incluye virus, rusos, la Navidad y decisiones particulares. Haciendo Cine habló con Camille y Roman para conocer detalles de la propuesta.
Podría decirte que disfruté mucho la película. Pero no. Claramente la pasé muy mal, y lo primero que quería saber era ¿cómo surgió la idea de la película?
Camille Griffin: Quería hacer una película de bajo presupuesto. Escribí muchos guiones y nadie quería producírmelos. Y si viste la película entenderás porqué. Entonces impulsé el proyecto imaginándolo contenido, haciéndolo yo, en una sola locación, y la idea vino porque los niños hablaban de la guerra nuclear, qué pasaría. Y dialogando nos preguntamos qué haríamos nosotros en el caso de una guerra nuclear. Así empezó todo.
¿Tras la pandemia, para vos, se resignificó el relato?
Camille Griffin: Desafortunadamente, porque la hicimos antes de la pandemia, se demoró mucho su estreno. Mucha gente esperaba que fuera así porque invirtió en ella, y sí, en pandemia sufrimos mucho. Pero claro que si hubiera salido antes, la sensación sería otra al ver la película. La pandemia no influyó para nada en el relato. De hecho cuando la editábamos recién empezaba a hablarse del COVID en el verano del 2020. En 2020 no había vacunas, sólo el confinamiento. Es decir que no puse todo ese conocimiento sobre estos hechos en la película, al contrario.
¿Cómo fue para vos, Roman, tener a tu mamá en el set al frente de todo?
Roman Griffin: Trato de pensar una respuesta diferente cada vez que me hacen esta pregunta, pero, es difícil de describir, porque hice audiciones con ella, y me preguntaba cómo me iba a dirigir, si iba a ser normal. Pero sí, fue normal. Ella en el set fue profundamente honesta. Por momentos era de gran ayuda, y en otros era algo embarazoso tenerla allí.
Camille Griffin: Creo que se refiere a lo brutal que puede ser una madre con sus hijos al hablarles.
Roman Griffin: En la manera que había 50 personas viéndonos.
Pero en un punto es muy bueno que ella haya sido así para conseguir verdad en tu actuación, porque eso es lo que vemos…
Camille Griffin: Porque además yo sé de qué es capaz, y que es bueno. Si él no hacía algo de una manera excelente, le decía que podía hacerlo mejor, por ejemplo. Claro, no fue fácil para él, pero tampoco lo es para cualquier niño actor. Siento que la elección que él hizo, no la de sus padres, es importante, porque el rol era interesante de interpretar. Él hizo un gran y hermoso trabajo, y mientras yo lidiaba con muchas cosas del trabajo, sabía que Roman haría todo más fácil. Pude, rápidamente, lograr que entrara en personaje y en la intimidad del rol.
¿Qué fue lo que más te gustó de interpretar a Art en la película?
Roman Griffin: Me gustaba que él constantemente cuestionaba las cosas y cómo lo hacía. Eso fue interesante para interpretarlo y tener voz en escenas en las que el elenco completo estaba presente. Especialmente cuando mi personaje tenía preguntas, sobre todo: cuestionaba todo, entonces les cuestionaba y les preguntaba al elenco completo. Eso me gustaba. Fue divertido, era como que discutía con todos.
Camille Griffin: Eso es interesante porque los chicos no lo piensan mucho. Entonces era divertido verlo cómo, como niño, cuestionaba a todos en la mesa.
¿Cómo mezclaste el casting, con actores profesionales, adultos y niños? Además entiendo que otros familiares tuyos también están en la película…
Sí, los gemelos son también hijos míos, es decir son hermanos de Roman. Con respecto al casting por suerte tuve un productor increíble y exitoso, e inteligente y ambicioso, porque no fue por las opciones fáciles. Así que el casting se realizó durante mucho tiempo. Él sabía que se iba a hacer la película, pero estaba tras el mejor elenco. Cada actor y actriz fue milimétricamente pensado. Empezamos con Keira, y creo que la última fue Lucy. Y debo decir que para mí, cuando yo tomaba injerencia en decisiones de casting, sabía que tenían que tener en cuenta el tema de la película, estar empapados en él. No a un nivel de activistas, pero sí desafiantes con los eventos que se cuentan en la historia. Todos teníamos que estar en la misma sintonía de la propuesta.