“La verdad sobre La Dolce Vita”: Giuseppe Pedersoli tras su abuelo y Fellini.

La película se estrena en Argentina tras pasar por el Festival de Cine de Venecia y hablamos en exclusiva con su director.

Basado en cartas, contratos y documentación de producción originales nunca antes publicados, «La verdad sobre La Dolce Vita», de Giuseppe Pedersoli, cuenta la historia real detrás de escena de la película italiana más famosa de la historia: «La Dolce Vita».

Haciendo Cine dialogó en exclusiva con Pedersoli, nieto de Giuseppe Amato e hijo del mítico Bud Spencer, para saber más de la propuesta que recupera el detrás de escena de una de las películas clave de la historia del cine.

¿Cómo surge la historia?

Es un gran honor porque siempre he escuchado hablar de mi abuelo con esa aura de leyenda. Yo era muy pequeño cuando él murió y la verdad siempre me impresionó ver en mi casa tantas fotos y premios que recibió por películas que forman parte del patrimonio del cine mundial. Quise que se volviera a recordar a un hombre tan importante, que había sido totalmente olvidado y representado de una manera no apropiada. Cuando descubrimos tantos papeles, contratos, y demás, nos dimos cuenta que era un hombre de un gran profesionalismo. No de un origen alto, pero sí alguien que pudo construirse profesionalmente a la par del cine en el mundo e Italia. Él empezó con el cine mudo y continuó su carrera siendo protagonista del neorrealismo y claro que «La Dolce Vita» fue lo más alto de su carrera. A mi madre le preguntaba cómo fue que luego de producir esa película nunca consiguió seguir con el éxito. Ella no tuvo una respuesta pero sí me facilitó los documentos.

Y ahí te lanzaste a hacer el documental…

Fue un descubrimiento formidable y no sé por qué durante tantos años nadie sacó esos documentos de esa caja, porque no sólo había información sobre La dolce vita, sino sobre otras producciones de figuras emblemáticas de la historia del cine italiano. Descubrí un tesoro y al comienzo no tenía la idea de dirigirla, y menos a los 60 años. Pero tras enfrentarme con varios directores, y entender que ellos querían poner su identidad e impronta, entendí que la historia estaba en los documentos y el supuesto director debía ponerse tras ellos, contando como un espectador lo que ellos mismos escribieron en sus cartas, telegramas, sus correspondencias, su historia de amistad, de conflictos, cómo fue que La dolce vita fue una verdadera batalla, además del documento en el que se demuestra que mi abuelo es quien pudo finalmente producir esta película.

Es inentendible cómo nadie quería producir la película…

Y siendo que Fellini había ganado ya dos Oscars y tenía con De Laurentis un contrato por cuatro películas más. Pero era un proyecto controversial. De Laurentis había propuesto tener un protagonista como Paul Newman o Marlon Brando, alguien de Estados Unidos. Pero Fellini dijo que no, quería un protagonista anónimo, porque él era como un “tiritero”, que manejaba sus personajes y no quería que el intérprete estuviera por encima del proyecto.

¿Cómo ordenaste la historia cinematográficamente?

Primero ordené los documentos cronológicamente y ahí me di cuenta que ellos mismos contaban la historia, en el día a día, del rodaje, los conflictos del mismo, de la distribución y entre ellos. De hecho los documentos están escritos con un color diferente por cada uno, tres personalidades diferentes.  Estaba muy claro en esos papeles que era muy riesgoso producir la película, y que mi abuelo, a quien Fellini conocía por ponerlo de asistente en «Roma Ciudad Abierta», de Rosellini. «La dolce vita» cambió la manera de entender el cine, porque en ella no hay un héroe, un antihéroe, no hay un desarrollo lógico. A veces se dice que Fellini se identifica con Mastroianni en muchas películas, pero en ésta es alguien muy negativo. En escenas se da cuenta de que es un personaje superficial, hedonista y violento con las mujeres.

Algo impensado para el cine de hoy…

Eso era muy fuerte, y la película tiene un análisis social muy fuerte. Aunque en entrevistas el director decía que no quería hacer eso, pero en la película hay un análisis de la evolución de Roma, que mi abuelo conocía mucho. Además, de esa época en la que la ciudad era como Hollywood, a donde venían figuras como Elizabeth Taylor o Audrey Hepburn, con productores italianos que negociaban de igual a igual con los americanos, porque además las películas de Italia en 10 o 15 años ganaron muchos premios. Para mí, enfrentarme con un cuento tan importante de una película tan icónica y famosa en todo el mundo, que además es una forma de sentir y pensar la vida italiana, actual hasta hoy, porque si antes había paparazis, ahora son los social media, en donde los jóvenes viven una etapa muy superficial de sus vidas, sin darse cuenta cómo regalan sus vidas a entidades o empresas que no les importa a nadie, regalando sus sentimientos e imágenes a quién sabe.

¿Estás pensando en dirigir nuevamente?

Me gustaría contar la historia de Hugo Spadafora, un médico italiano a quien se le cortó la cabeza y durante 35 años no se ha encontrado. Me gustaría contar su historias o como documental o como película de ficción.

Tras esta experiencia ya puedes hacerlo…

Disfruté mucho el recorrido de la película. Estoy muy feliz porque se estrene en Argentina y me encanta el intercambio que se genera con periodistas, público y fanáticos de Fellini. Él una vez dijo que el cine era la manera más directa de entrar en competencia con Dios, y si bien él no está más, me gustaría profundizar esta idea sobre cómo no deja al libre albedrío a sus creaciones, me ha hecho pensar mucho esto.

 

 

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