Libros: “Esplendor”, del guionista Diego A. Fleischer, ya en librerías

Con una decena de guiones filmados en su haber, el libro de poesía de Fleischer es el proyecto punta de lanza de su nueva editorial

Los guiones de «Pompeya», «Mujer Lobo», «Las furias», dirigidas por Tamae Garateguy, «Matar al dragón», «Ciegos» y «La Sabiduría», entre otros, llevan la firma de Diego A. Fleischer , que lanza su primer libro de poesía, “Esplendor” y junto al lanzamiento funda también la Editorial GOMBOS.

Este autor santafecino ha escrito tres novelas, una obra de teatro, y nueve de sus guiones han sido llevados a la pantalla grande y protagonizados por actores como Sofía Gala, Juana Viale y Guillermo Pfennig, entre otros. Con él hablamos para saber más detalles de esta aventura.

¿Cómo fue el proceso de selección y ordenamiento de los materiales que incluye Esplendor?

Esplendor se organizó a partir de tres ciclos de mi vida. Primero, los poemas escritos en la secundaria y al inicio de la universidad, que se llaman Poemas de amor y mugre, y que cuentan sobre mi exploración homosexual secreta durante la secundaria y al inicio de la universidad, en la década del 90, cuando en mi contexto social – judío del interior – era un secreto ser gay. Estos poemas son desenfrenados, están escritos incluso con un trabajo visual con la puesta del verso, y tienen una manejo del lenguaje relacionado con las primeras relaciones sexuales que tuve, luchando entre el amor, y la mugre, que vendría a ser lo prohibido. Luego, «Flores turquesas», se centra en los dos años en los que pude experimentar una relación amorosa libremente, en el campo de Santa Fe, rodeado de un paisaje litoraleño idílico, en donde también empecé a experimentar con drogas lisérgicas naturales. Y «La corrección de alma», son veinte años viviendo ya en Buenos Aires, en donde mi vida se puso más hostil atravesado por una ciudad algo enloquecida por las crisis políticas, el trabajo como escritor, las drogas duras, y relaciones amorosas frustradas por la contaminación del exitismo o la competencia, sobre todo entre varones. A su vez, en este ciclo, el mas adulto, reflexiono sobre la existencia misma, la religión, la adultez, y busco una respuesta posible para salvarme y encontrar la paz sin idolatrar a otro, influido un poco también por la Cábala. El orden que se le dio a estos ciclos fue a la inversa, ya que el libro empieza desde la actualidad y voy hacia al pasado, justamente para volver a recuperar la frescura luego de entender bien quién SOY realmente. Cierro el libro con un epílogo en donde hablo ya no desde el lenguaje poético, sino presentándome con una declaración de vida en prosa. Para la selección de los poemas me ayudó Ignacio Zubillaga, editor literario que prologó el libro para enmarcar la obra.

¿Sentías que la publicación saldaba alguna deuda con vos mismo?

Sí, yo había publicado novelas hasta el 2005, y luego mi trabajo como guionista empezó a crecer, y me empecé a despegar de la literatura misma. Si bien el cine es un espacio en donde yo pude plasmar mis ideas y personajes, y en general todos las películas tienen un estilo narrativo marcado que me identifican, necesitaba volver a mi palabra más pura no filtrada por otros artistas y soportes. También, hacía 30 años que venia recopilando estos poemas de vida, y en algún momento tenían que salir a la luz, no solamente por una cuestión personal, sino también por su calidad literaria. Varios amigos y colegas artistas me venían preguntando cuándo iba a publicar esta obra que ya venían leyendo en espacios cerrados.

Tus guiones han explorado, por suerte, universos poco trabajados en el cine argentino. ¿Cómo pensás la escritura, y la poesía, desde ese mismo lugar de exploración de lo no visto/leído?

Creo que hay un vínculo entre estos dos mundos del cine y la poesía, justamente en relación a lo que decía antes. La mayoría de mis guiones combinan el cine de género, llámese terror o fantástico, y el drama de la vida humana; y mis poemas, sobre todo los últimos, tienen un estilo que se toca con el horror, lo gótico, la magia, el miedo, la violencia y las drogas, y por supuesto el sexo y el amor. Hay una narración contada, el libro tiene una estructura dramática, y si bien es poesía, al ser una biografía, tiene un desarrollo argumental y un arco de personaje.  Esto hace que «Esplendor» sea también un trabajo que se despega de lo corriente, incluso dentro de los circuitos literarios argentinos, es innovador por su estructura misma y el cruce entre poesía, biografía y géneros.

¿En Esplendor te sentís más desnudo, revelando tu ser, que en los guiones que has generado?

Si, más desnudo y más expuesto, porque en Esplendor la comunicación con quien recibe la obra es directa e íntima.  Si bien los poemas pueden interpretarse (me están proponiendo convertirlos en canción y también usar algunos textos para cine), los poemas fueron escritos sin ninguna pretensión y tampoco por encargo, sino que fueron escritos, literalmente, desde el corazón. Esto hace que los poemas reflejen lo esencial de mi ADN como escritor. Siento que en algunas películas, como en Matar al dragón, que fue una pesadilla que tuve, hay algo expuesto personal muy fuerte claramente por tratarse de mí y de mi familia, o incluso en Clementina o Mujer lobo hay escenas que reflejan momentos violentos o sexuales que yo mismo lamentablemente he vivido, porque ser victima del abuso está en todos lados, más allá del género. Pero, volviendo a la poesía, me siento mucho bien desnudo, incluso en la tapa estoy desnudo: la foto fue sacada por Joe Bonomo detrás de la Casa Rosada y sin ropa.

¿Qué te inspira a la hora de impulsar un guion, un poema, un escrito?

Escribir un guion tiene muchas formas de inspiraciones: en algunos casos, puede ser un cuento (como la adaptación del cuento de Borges que espero pueda llegar a filmarse). Ahora estoy adaptando el libro «Al Despertar», del español Carlos Dueñas, nominado al Oscar por un cortometraje. Pero también, tal cual decía antes,  la inspiración puede surgir de una pesadilla, o de una idea propia tras una vivencia fuerte. Tengo guiones escritos originales aún sin filmarse, como «Vladimira» (en la que Sofia Gala fue colaboradora autoral) o «La Hora Mágica», que todavía no han encontrado su lugar de producción y que fueron inspirados por la misma literatura, ya que la primera está basada en Drácula y la segunda en un relato de la época del virreinato. Luego, los poemas, fueron impulsaron por mis relaciones humanas y las personas que amé y me amaron. Cuando uno tiene una capacidad tan grande para amar, y siendo artista, inevitablemente eso decanta en obra. Para las novelas, lo que me impulsa, como en La Codicia celeste, es mezclar la autobiografía con un mundo fantástico. Corfirias fue un libro que surgió prácticamente como dictado por el mismísimo diablo, una mezcla del estilo cyber punk y personajes de la mitología griega que yo leía sin parar. Ese libro está agotado pero estimo que habrá una reedición en breve.

Si Esplendor tuviese que ser ubicado en un estante las librerías, ¿en qué sector/espacio te gustaría que lo ubiquen? ¿Poesía, cine, erotismo, diversidad, etc.?

En poesía. Ese es el género literario mayor que define la obra. Luego, podría subdividirse como poesía erótica o LGBT+, incluso como una biografía o como poesía de género terror si se vincula con el cine.

¿Qué expectativas tenés con el lanzamiento del libro y el inicio de este proyecto editorial?

Con el lanzamiento del libro, mi expectativa es que la poesía pueda ser disfrutada, leída, sentida, y que el formato papel pueda ser apreciado y “tocado”. Habiendo pasado por el cine todos estos años, lo bueno del libro es que a la historia la sostenés en tus manos sin la necesidad de que haya una producción cinematográfica detrás. Fue un trabajo muy minucioso, con el equipo de la editorial, lograr el diseño que pensamos. Con respecto a GOMBOS ediciones, como proyecto que fundé, ya tengo dos libros más programados para octubre: la obra poética reunida de Nicolas Pinkus y el poemario que escribió mi abuelo Tiberio Gombos en la primera guerra mundial en el campo de batalla. Para el año que viene, tengo pensado la poesía completa del recién fallecido poeta santafesino Fernando Callero en conjunto con la Universidad Nacional del Litoral, quienes se están encargando de la investigación, y un libro de fotografías inéditas de Joe Bonomo.

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