Unos días antes de haber sido una de las tres conductoras de la ceremonia de los Oscar, la actriz estrenó “Life & Beth”, junto a Michael Cera, una divertida comedia que reflexiona sobre cómo el pasado nos determina.
En la serie de STAR+, Beth (Schumer), una exitosa ejecutiva en una empresa vitivinícola, debe volver a su pueblo natal y se topará con el pasado tras el fallecimiento, sorpresivo, de su madre. Allí tomará algunas decisiones y conocerá a John (Michael Cera), debiendo tomar drásticos cambios para su vida.
Amy Schumer y Michael Cera son dos referentes del humor independiente de la nueva comedia americana, aquella que transitando tópicos poco frecuentes en el cine mainstream, permitió explorar nuevos elementos que configuraron un universo con ironía, escatología, humor negro, entre otros. En Life & Beth, la delgada línea entre la incorrección política y la acidez extrema, permiten forjar un relato diferente. Haciendo Cine dialogó con Schumer para conocer detalles de la serie.
Dese el stand up, a algunas participaciones en películas, no es la primera vez que te toca encarnar un personaje “desordenado”. ¿Por qué crees que es así? ¿Te identificas con esto?
Creo que porque es real. Ni siquiera me lo pongo a pensar, sólo son mujeres como en la vida real. Tal vez en “Esta mujer es un desastre” («Trainwreck») era el extremo. Pero es verdad, no conozco a nadie que pueda mantener su “mierda” junta. Todo es un desastre y me incluyo, porque es difícil vivir.
La serie tiene un tono muy particular. ¿Te fue fácil conectar con Beth?
Yo conecté con cada cosa que le toca atravesar a Beth. Lo más difícil fue la primera parte del show. Pero durante muchos años me pasó eso de hacer cosas que se suponía que tenía que hacer. Y en un momento entendí que uno, si no se siente bien haciendo algo o con personas, tiene que hacer un cambio, para el propio bien de uno.
Siempre te tocaron personajes mucho más extrovertidos, por eso quería saber: ¿cuál fue el principal desafío de encarnar a Beth?
Creo que Beth es introvertida, claro, tiene una conversación sobre eso. Pero siento que cuando trata de cambiarlo es como una performance que hace. En mi propia vida tengo un equilibrio entre ambas, y siento que, por ejemplo, en los casamientos, la paso mal, no puedo creer que la gente quiera sociabilizar tanto tiempo, para mí es la muerte, es extenuante.
Es un tiempo muy particular para hacer reír y comedia. Muchos señalan con el dedo sobre qué se puede decir y qué no. Entonces, para ustedes: ¿cuál es el desafío de hacerlo y particularmente comedia escrita por mujeres?
No siento que sea mas desafiante hacer comedia. Al contrario, la gente la necesita. Tras las elecciones presidenciales acá en Estados Unidos del 2016 me deprimí y no quería hacer humor. Pero ahora siento que sí, porque se necesita. La gente quiere divertirse, reírse, aún con el mundo encendido. Creo que aquellos que creen que no se puede hacer humor, para mí son estúpidos, porque aún seguimos aprendiendo sobre qué se puede hacer humor. Pero siento que es un buen momento para la comedia y para las mujeres. Creo que es revolucionario poder hacer humor y reflejar a las mujeres como seres humanos, tantos roles, tantas reflexiones, y por eso necesitamos más mujeres en la dirección, escribiendo, produciendo. Estas historias son las que buscan las mujeres ahora y estoy orgullosa de poder ser una de las que lo están haciendo.
Como Beth, que tiene que resolver algo en su pueblo natal y se topa con historias que creía superadas: ¿regresarías al pasado, luego de analizarlo, para cambiar algo?
Sería más caliente (risas). Entender que todo lo que atravesé también permitieron que hoy sea lo que soy. Algunos looks cambiaría, como la primera vez que fui al programa de Jimmy Fallon: no era el correcto.