Matias Desiderio: Entre Buenos Aires y Los Ángeles

El actor, que filma en Argentina y en Estados Unidos, viene de un prolífico año de estrenos y rodajes.

Muchos lo reconocerán por su primer protagónico en «Palermo Hollywood», de Eduardo Pinto. Otros, más acá en el tiempo, por su rol en «Simona». Lo cierto que Matías Desiderio viene propiciando un camino que en 2020 y pese a la pandemia, le permitió concretar varios proyectos y estrenar otros.

Habiendo estrenado hace unas semanas «Trópico», de Sabrina Farji, con Juana Viale; y con «La sombra del gato», «Nosotres» y «El último zombie», y su ópera prima «Car 24» (rodada en USA y en la que también actúa) pendientes de estreno, esta semana presenta «Encontrados», de Diego Musiak, en la pantalla de Cine.ar.  Haciendo Cine dialogó con el actor para conocer detalles de sus trabajos.

En los últimos tiempos rodaste varias películas. ¿Cómo vivís la vuelta?

Soy un amante del cine de toda la vida. Estudié teatro de chico porque quería hacer cine. Mi abuela trabajaba de control de salas de cine, así que pasé mi infancia y adolescencia dentro de las salas de Lavalle. Y se ha dado que pude trabajar en varias películas Fueron dos años de mucho cine y lo tomo como una bendición. Es así, es la posibilidad de hacer lo que uno ama, con gente que también lo hace. Y se da la casualidad que se están estrenando todas de dos meses para acá. Además Palermo Hollywood, la primera película de Eduardo Pinto, se subió a Netflix y pasó a estar en la número cuatro de las más vistas. Lo vivo con mucha alegría, con mucho respeto, de cosechar después de muchos años.

Vos apostabas a esto, ¿no?

Sí, fervientemente, y le dediqué mucho tiempo de mi vida. Entre mi hijo y la carrera, me fui a estudiar a Los Ángeles, Nueva York. Soy un estudioso del tema, más allá de fanático como público. Para mí esto ayudó a la angustia de la pandemia, donde hay una falta de trabajo importante para los actores y que se vean los trabajos hechos es una bendición.

¿Hay algún soporte que te guste más que otro?

A mí me gusta actuar. He dirigido en Los Ángeles para poder actuar. Ese es el gran amor, mirar una escena, meterme en personaje, conocer otros mundos. En «Encontrados» conocí Nordelta. No lo conocía, vivo en San Telmo, me he criado en Palermo, en Saavedra. Y este personaje me ha propuesto todo un mundo que no conocía, y eso pasa con los personajes, te permiten ponerte en la carne de otro y vivir otras realidades sociales y emocionales. Eso me hace sentir más vivo.

¿Cómo se vive el paréntesis, más allá de que se estén estrenando otros trabajos previos?

Con angustia. Porque para mí es vital el trabajo. Se vive queriendo que esto pase lo antes posible, por obvias razones, y todos estos estrenos me han salvado la cuarentena. La transformaron en un hermoso recuerdo, estrenar cuatro películas, que suban «Palermo…» a Netflix, haber podido disfrutar de «Trópico» en autocine. Ahora vuelvo a rodar con Sabrina Farji una participación en «Nosotres», su nueva película. Lo vivo con dualidad. Por un lado está la angustia de no poder trabajar, de lo económico, de dosificar el dinero. Y por otro, alegre por los estrenos y la reacción del público. Lo más hermoso para un actor es mostrar los proyectos, porque uno los hace para uno pero también para la gente.

¿Qué te atrajo de «Encontrados»?

Me gustó el proyecto. Había visto las películas anteriores de Diego, y que es una película de actores. «Encontrados» tiene a cinco actores solamente, en pocas locaciones. Es una película de climas, de relaciones humanas, de silencios. No tenemos autos que explotan, ni tiros, persecuciones ni efectos especiales. Es una película de actores, donde todo esta puesto entre ellos. Mi personajes es un villano, una especie de Yago, divertido, con humor, pero también con una cosa traicionera. Está lleno de alegría y positividad, pero con algo solapado que se resuelve hacia el final de la película. Es un personaje con otras intenciones de las que muestra. Tiene dos lecturas, varias aristas de pensamiento al relacionarse. Eso es interesante para actuar.

¿Cómo fue la conexión con los compañeros?

No conocía a ninguno. Es la primera película de Nahuel, y está lleno de hambre de querer hacer. Es metódico, estudioso. Me hizo acordar a cuando yo arranqué. Tengo mucho respeto por los actores como él. Llega lleno de ideas, propuestas. Ensayamos mucho. Charlamos hasta altas horas de la noche viendo qué pasaba con los personajes, con muchas ganas de ver hasta dónde podíamos llegar. Fue muy satisfactorio el proceso. El director nos dio espacio para improvisar. Las escenas fueron pactadas, pero el diálogo improvisado.

Rodaste antes del cierre de todo «El último zombie»…

Sí, habla de una pandemia, con una especie de humo que sale de la tierra y las personas lo inhalan y se transforman en zombies. Mi personaje es Nicolás Finnigan, un doctor que va a un hotel a investigar uno de los primeros casos y obliga a todos a quedarse encerrados en él. Esto lo hicimos antes de la cuarentena, premonitorio.

¿Cómo sigue el resto del año?

Ansioso por el estreno, feliz de participar de «Nosotres», sintiendo que se está cortando esto y se va abriendo. Vivo todo con mucha alegría y entusiasmo. El año está terminado. Sigo en Buenos Aires, paso las fiestas, y en enero iré a Estados Unidos para cerrar las ventas finales de «Car 24», película que produje, dirigí y protagonicé. Está hablada en inglés y tengo propuestas de algunas plataformas. Es un año difícil, un momento difícil. Nuestra profesión ha sido una de las más golpeadas, pero celebro de los estrenos que sucedieron y que me hicieron la pandemia menos difícil.

 

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