Un fotógrafo se acerca al Delta para hacer una serie de retratos sobre los isleños. De la mano de uno de ellos, poco a poco, se va abriendo paso en la población y se va interiorizando sobre la lucha que llevaron adelante hace unos años contra un mega emprendimiento habitacional que intentó arrasar con ellos, sus casas, sus trabajos y su modo de vida. Esta es la premisa de Nido, nuevo largometraje del realizador Miguel Baratta (“El fruto”, “Intemperie”, “Galpón de máscaras” y “Escondido”).
“Nido”, cuenta la unión de un grupo de personas para proteger un territorio que les pertenecía y Haciendo Cine dialogó con el realizador para conocer detalles de la propuesta, que posee una cuidada dirección de fotografía.
¿Cómo surgió la idea de Nido?
Conozco el conflicto desde sus inicios por las actividades de los isleños que se manifestaban para darle visibilidad al conflicto. Desde ese momento me llamó la atención el universo del Delta, ese territorio cercano pero a la vez desconocido y de alguna manera extraño… fue así que quise poner el ojo en este conflicto y en esta población tan castigada y ninguneada.
¿Cuánto tiempo duró el rodaje?
El rodaje duró varias semanas, pero grabamos en días no consecutivos… deben haber sido alrededor de 12 días en total. Pero fuimos grabando por segmentos para poder ir viendo el material, ya que grabamos sin seguir los lineamientos de un guion concreto.
¿Cómo seleccionaste a los entrevistados?
Fue algo muy natural, porque fueron personas que formaron parte de la resistencia y hoy están agrupados en la Cooperativa Isla Esperanza. Ellos fueron quienes nos dieron la bienvenida y nos habilitaron la posibilidad de grabar en ese espacio, en sus casas, en sus botes… por supuesto hubo una selección, pero que fue consensuada con ellos determinando no solo lo mejor para la película, sino también lo mejor para los objetivos de la Cooperativa.
¿Qué descubriste, más allá de cualquier conocimiento previo o intuición, sobre el tema, tras el rodaje?
Que el valor humano va mucho más allá de lo que estamos acostumbrados a ver y a ejercer. Qué los vínculos afectivos y el altruismo son más potentes de lo que habitualmente creemos. Que la lucha es la salida. Que estar es resistir. Que eso nos hace nobles y nos dignifica.
¿Qué crees que aporta la película a la visibilización de luchas y conquistas de quienes siguen apostando al cuidado de la naturaleza?
Sinceramente no lo sé. Espero humildemente que sea un granito de arena. Que ayude a darle visibilidad a este conflicto particular y que se agrupe con tantas otras luchas, protestas y levantamientos en pos del cuidado del medioambiente y de la dignidad de las personas.
¿Expectativas con el estreno?
Si, muchas. Los propios protagonistas aún no han visto el corte final, así que eso me genera enormes expectativas.
¿Con qué te gustaría que la gente se conecte al verla?
Prefiero siempre que cada uno haga su viaje, su propia interpretación y lectura de lo que la película narra. Uno tira semillas pero no controla lo que crece de ellas…