El espacio Uno + Uno (Darwin 1351, CABA) presentó Oda, una muestra que reunió la obra de Tulio Gómez Alzaga, Pablo Sahores y Francis Verstraeten, bajo la curaduría de Marina Furlanetto. Cada artista presentó dibujos, fotografías y pinturas, todas dialogando entre sí.
Tulio Gómez Alzaga se encargó de llevar sus dibujos: enormes extensiones de papel en donde el grafito recorre cada rincón con simetría y algunas reflexiones. Pablo Sahores impactó con sus collages artísticos en donde cuerpos del pasado viajan en el tiempo al presente; y Francis Verstraeten compartió fotografías del río, la pesca, y la ciudad en la soledad de la cuarentena.
“Estoy muy contento, disfrutando. Tenía ganas de mostrar mi trabajo aunque es difícil porque uno se desnuda al exponer. Pero yo pinto desde siempre, y hacía ocho años que no exhibía. Había tomado la decisión de que no iba a mostrar más por la presión de tener que producir obra, pero acá estamos. Con Tulio ya habíamos expuesto juntos una vez pero teníamos 25 años. Con Francis nunca lo habíamos hecho, pero estamos unidos por el arte, la música, el teatro y nos sentimos muy cómodos trabajando y haciéndolo juntos”, dice Sahores.
Sobre la temática y estilos de su obra, Sahores suma: “Lo que expongo no es muy distinto a lo que hacía, pero acá tiene que ver con mis antepasados, porque encontré revistas en la casa de mi madre de 1920 que recorté y las modernicé, imaginando cómo serían esos encuentros en la actualidad. Les agregué alegría y color, porque las fotos eran blanco y negro. Es una técnica mixta con acrílico, collage, plasticola y pintura chorreada, papeles y crayones de óleo con escrituras que se me ocurren. Algunas no se ven, y otras están como veladas”.
Gómez Alzaga agrega sobre el vínculo que une a los artistas de la exposición: “Nos conocemos todos del colegio; somos muy amigos, y tenemos las mismas fobias y características. Con el paso del tiempo nos encontramos con Pablo más en la veta artística, y con Francis, también, teníamos la fobia a exponer, porque nos ponemos nerviosos. No sabemos qué hacer, entonces hablando con él pensamos en hacer algo juntos y hoy estamos acá. Nos fuimos dando cuenta que había conexión de vida entre todos y por eso también conectan tan bien nuestros trabajos”.
“Todo está conectado a través del blanco y negro, el color, y eso representa nuestra amistad de hace tantos años. Yo me acoplé a ellos cuando me invitaron a sumar las fotos. Ellos exponen y pintan hace años, es la segunda vez que lo hacen. A mi me daba vergüenza pedirles que me sumaran, pero cuando Tulio me invitó, me sumé sin dudarlo, me animé”, menciona Verstraeten. Sobre su obra, agrega: “Yo había elegido imágenes todo de río, unas 20 o 30. Y hablando con quien me ayudó a imprimir me sugirió sumar imágenes de Buenos Aires en soledad. Es decir que mutó del color del río al de la ciudad.”, finaliza.