La talentosa intérprete Ximena Romo se pone en la piel de una de las protagonistas de la impactante serie «Señorita 89», de Starzplay, que revela el lado más oscuro de los certámenes de belleza que dominaron la televisión y medios y que este domingo llega a la plataforma.
Con Lucía Puenzo como showrunner y la dirección de Nicolás Puenzo, Silvia Quer y Jimena Montemayor, cada episodio tratará de develar el misterio tras la fachada de La Encantada, en donde las misses de México ingresan para ser “moldeadas” por Concepción (Ilse Salas), una mujer sin escrúpulos. Haciendo Cine dialogó con Romo para saber más detalles de lo que ya se vive como un éxito y de Elena, su personaje, una mentora de las 23 misses de México.
¿Qué fue lo primero que pensaste cuando te llegó la propuesta?
Fue particular, porque cuando leí la primera escena para el casting (que no era para encarnar a Elena), me enamoré del personaje. Pero estaba tan bien escrito que pensé que quería ser parte del proyecto. Luego me dijeron que no quedé. Estaba tan interesada en participar que moví mar y tierra, y me dijeron que no. Pero al mes me llamaron y me dijeron que una actriz se había caído y me dieron a Elena. Ahí entendí el regalo que me habían dado: el destino lo hizo. Que te llegue esto, una historia de mujeres con personajes femeninos abordados con verdad, sobre lo que vivimos cada día, abordando toda su complejidad y temática. El poder verlos humanos, y entender que no son buenos ni malos, sino que hacen lo que pueden en un sistema como el patriarcado; para mí fue una joya encontrarme con un proyecto así.
La serie evidencia la realidad de mujeres muy diferentes entre sí, mostrando otras caras del feminismo…
Es importante que justamente el feminismo son muchos movimientos y maneras de pensar y lo que se tiene que abrir es la mirada para que el género femenino no nos acote, entendiendo que cada una tendrá su mirada sobre él, y podemos hacerlo. En la serie hay personajes muy diferentes, con búsquedas diferentes, aún siendo oprimidas por el sistema de la misma forma. Esto es un logro de las directoras y la productora, que se están cuestionando acerca de eso, y no queremos presentar una sola forma de ver una a mujer. Mostramos personajes que quieren vivir, que están siendo discriminadas, otras que vienen de privilegios pero que están acotados. Es interesante cómo cada personaje tiene una vida en sí que las actrices los encarnaron de una manera maravillosa.
Elena ingresa al mundo de La encantada y se termina por transformar…
Fue un viaje también para mí y me di cuenta que tengo mucho en común con Elena, porque soy una mujer con privilegios, estudiada, viví en ciertas circunstancias que me permitieron vivir mi vida de cierta forma. Y al igual que Elena, al hacer la serie, me di cuenta que no tengo poder sobre este sistema, que además, está inmiscuido en mi vida diaria, en mi forma de pensarme, de relacionarme conmigo y las otras. Porque es un sistema tan bien hecho, con tanta historia detrás, que sorprende lo que tuvimos que hacer las mujeres para sobrevivir dentro de él. Hay un trabajo de deconstrucción de nosotras mismas para cambiar lo que nos rodea y crear cosas nuevas, y eso fue Elena para mí, permitiéndome ver como una víctima, sin caer en el victimismo, y entendiendo que me compete la lucha, como mujer y como persona.
¿En tu vida tuviste alguna mentora como la que encarnas en la serie?
Para mí la figura del maestro, la profesión, es una de las más nobles que existe y una de las que más responsabilidad tiene. Tuve profesores que me cambiaron, como un docente británico, que me abrió el mundo de la literatura, Primo Levy, El señor de las moscas, Shakespeare. Fue el primero que me hizo entenderlo. Y Marianela Villa también fue una mentora que me abrió al feminismo, con autoras increíbles que hicieron de eso su batuta para cambiar el sistema.