Los creadores de Vis a Vis y La Casa de papel, entre otras, Álex Pina y Esther Martinez, presentan en Netflix «Sky Rojo», una superproducción que tiene a Lali Espósito como una de las estrellas principales.
Wendy (Espósito), Coral (Verónica Sánchez) y Gina (Yany Prado) son tres prostitutas que huyen del club «Las novias», un burdel de lujo donde puedes satisfacer la fantasía más oscura rodeado de luces de neón, música y drogas. Ellas son esclavas sexuales que trabajan allí todas las noches. Viven como en un campamento y endeudadas en un sistema empresarial en el cual siempre salen perdiendo. Tras dar por muerto al proxeneta para el que trabajan, huyen en un viaje por carretera sabiendo que, después de lo que han hecho, serán perseguidas. Con varios delitos graves a sus espaldas, por los que no pueden acudir a la policía y con los sicarios del proxeneta, Moisés (Miguel Ángel Silvestre) y Christian (Enric Auquer), pisándoles los talones, sólo les quedan dos opciones: seguir huyendo o enfrentarse a sus perseguidores y contraatacar.
Haciendo Cine pudo dialogar con Pina y Martínez para saber más detalles de esta trepidante aventura que intenta recuperar el estilo pulp de Tarantino y Robert Rodríguez.
¿Cómo se vive el lanzamiento ahora de un proyecto que directamente se lo hace a nivel internacional?
Álex Pina: Lo estamos viviendo como siempre con pánico, vértigo y miedo; más en este caso que hicimos un Frankenstein atípico, con un ADN muy diferente, utilizando géneros como el pulp, la acción, la comedia negra, para tocar un tema muy sensible, muy doloroso, muy trágico en muchos casos, y muy controvertido. Así que era muy complicado el equilibrio entre ser fieles a intentar transmitir esa emocionalidad y ese desamparo y muchos sentimientos que queríamos transmitir con la serie. Pero era como un Caballo de Troya adosado a un producto de ficción de entretenimiento: ágil, frenético, un tercer acto constante, que parece que estás viendo una serie de acción y de pronto te encuentras con un puñetazo en el estómago o en la conciencia, con las historias de estas tres chicas de la trata. Creo que es tan atípico el producto que estamos con la expectativa de ver cómo lo recibe la gente, porque nos ha gustado mucho hacerlo. Tiene un ADN muy complicado y estamos a la expectativa.
La serie tiene un tema que duele, que tiene que ver con la prostitución, con la trata, con víctimas. ¿Qué aportaste, Esther, desde el guion para que estas protagonistas terminen empoderándose?
Esther Martínez: En el caso de Sky Rojo era evidente que las mujeres tenían que ser ellas, no creo que sea una historia rebuscada al respecto, si está claro que las mujeres están cobrando mucho protagonismo en la ficción después de muchos años donde prácticamente eran extras alrededor de los hombres protagonistas. Pero nosotros siempre hemos escrito personajes de mujeres fuertes, poderosos, y más que todo eso, interesantes. Al final una obra de ficción es una obra en la que, como espectador, viajas hacia una psicología o una aventura de la mano de un hombre o una mujer. Y si la historia es interesante, y el personaje también, dejas de preguntarte de qué género es. Esto lo supimos cuando hicimos Vis a Vis, hace muchos años, donde había un elenco en un noventa por ciento femenino y algunos ejecutivos aún nos decían “esto no le va a interesar a nadie porque lo que salen son mujeres”. Pero bueno, la historia era muy interesante y la vieron muchos hombres. Espero que con Sky Rojo siga pasando lo mismo y que el espectador tenga menos prejuicios de lo que parece. En el caso de la trata era evidente que las protagonistas tenían que ser ellas porque la historia no se puede contar desde otro foco, son víctimas de un secuestro y obligadas a hacer algo tremendo, silenciado socialmente por todo el mundo, y unas víctimas a las que nadie les pregunta cómo se encuentran o cómo se sienten. Dar visibilidad a esto era inminente, y nuestro gran quebradero de cabeza, problema, miedo y vértigo y todo era cómo contarlo sin ser aburridos, sin hacer drama social oscuro y realismo sucio, sin parecer un noticiero, sin parecer un documental que escupe datos. Haciéndolo a través de un viaje emocionante, elegimos el género de acción, con el peligro de caer en la vacuidad inherente a este género. Pero también en lo divertido que resulta y en la capacidad de penetración en hogares, que de otra manera no entraría esta historia. Esto ha sido buscado y nos ha costado sangre, sudor y lágrimas, esfuerzo y muchísimo tiempo.
A la hora de escribir estaban las protagonistas fuertes, pero ¿cómo hacen para volar e imaginar la historia entre los dos? ¿Se consultan?
Esther Martínez: Nuestro trabajo consiste en tirar papel, básicamente. Siempre decimos eso. Tal vez nos dedicamos todo un día a escribir una secuencia e incluso una conversación, la escribimos, nos vamos a nuestras casas como contentos y al otro día lo leemos y decimos “me aburro, tira esa secuencia y vamos a pensar otra». Somos los peores verdugos de nuestro trabajo. Somos muy censores de lo que no es entretenido, de lo que no es divertido, de lo que no cuenta nada, y con entretenido o divertido me refiero a estimulante o emocionante. Una de las virtudes que tiene el elenco de Sky Rojo, principalmente las chicas que nos llevan por la historia, es que tienen la capacidad de emocionar, pero también de divertir. Coral es una politoxicómana que está metiéndose cualquier tipo de sustancia que encuentra por el camino, y que puede resultar a priori divertido, pero en realidad esconde un drama tremendo por el cual quiere desconectarse de la realidad, y encima es la brújula de sus dos compañeras. Por eso, tejer todo esto es muy complicado y a la vez divertido. Y son las alarmas que nosotros nos vamos poniendo para que no decaiga el entretenimiento a lo largo de los capítulos, y ahora ya de trocitos muy pequeños, de unidades muy pequeñas de atención, porque cada vez más el espectador, yo creo, que tiene la atención más frágil. O al menos, menos tiempo para consumir ficción, o de manera más aleatoria como cuando tiene sus cinco o diez minutos de trayecto en metro o en bus. Por eso no puedes bajar la guardia del entretenimiento en ningún momento.
Ya han trabajado con Rodrigo de la Serna, con Lali. ¿Cuándo vienen a Argentina a rodar e imaginar algo?
Esther Martínez: En cualquier momento (risas).
Álex Pina: A Rodrigo lo conocí en una coproducción española en la que precisamente había un atraco y lo llevamos a La Casa de Papel porque era brutal. Yo creo que el arco de interpretación de él es brutal, puede trabajar en cualquier medio desde la comedia hasta el drama. Expresivamente es descomunal y tiene una capacidad de transmitir increíble. Ahora también canta, es un personaje 100 por ciento actoral. Y con Lali ha pasado algo también así, ella es una todoterreno tremenda y yo creo que funciona increíblemente en la serie, es una luz brutal y tanto en acción como cuando tiene que hablar con personalidad y con fuerza, con energía, con rabia, o también como cuando tiene que ser emocionante, está en todos los lados, la verdad. Estamos encantados con ellos y en cualquier momento nos vamos para ahí a rodar con ellos.