“Telma, el cine y el soldado”: Brenda Taubin y una búsqueda emotiva

Tras pasar por el BAFICI la película llega este jueves al Gaumont y otras salas.

Fue uno de los secretos más comentados del último Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, Telma, el cine y el soldado, agotó entradas en cada una de las funciones que tuvo durante la muestra.

Brenda Taubin nos introduce, con alegría, humor, planos precisos y mucho amor en la historia de Telma, una jubilada obsesionada por el cine, los dulces, y por la búsqueda de El Tano, un joven soldado con  el que su hija Lili intercambió cartas durante la Guerra de Malvinas. Haciendo Cine dialogó con la realizadora para conocer detalles de una de las películas más originales del año.

¿Cómo conociste a Telma?

A Telma la conocí en un taller de cine. Antes de la pandemia, en Avellaneda, coordinaba un taller de cine debate. Los jubilados iban gratis al cine, y el que podía llevaba una leche porque el cine apadrinaba un comedor. Luego de la película nos juntábamos a debatir. Lo hicimos durante varios años y ahí generamos con el grupo de jubilados un vínculo muy lindo y muy íntimo. Como yo estudié cine podía darles una mirada más técnica al análisis pero en general nos servían las películas también de excusa para compartirnos. Así fue como un día Telma cuenta en el grupo que ella guardaba una carta que su hija había recibido de un soldado de Malvinas durante la guerra en el 82. La hija de Telma, Lili, durante Malvinas tenía 15 años y el soldado con el que se carteaba tenía 19 años. Comienzan este vínculo por carta pero rápidamente la correspondencia se interrumpe y pierden contacto. Hasta el día de hoy no sabían si este chico había vuelto o no de la guerra. Nunca pudieron encontrarse. Esta es la historia que nos comparte ella en el grupo de jubilados del cine. Así comenzó todo.

¿Qué pasó cuando le propusiste hacer la película?

Creo que al principio no me creyeron mucho. Por un lado les divertía ser protagonistas y vivir la experiencia del cine desde otro frente (dejando de ser espectadoras y pasar a ser hacedoras de película) pero no imaginaban todo el proceso que íbamos a atravesar y que finalmente se verían de verdad en una pantalla grande. Los primeros días también se cansaban y a veces querían que nos fuéramos. Fue un ir descubriendo y encontrando juntas la manera, de a poco, de hacerla.

¿Cómo fueron sumándose sus amigas/familiares y entorno?

La gente mayor que aparece en la peli es toda del grupo de cine debate. Hay dos de las mujeres del grupo de cine que además forman parte de la familia de Telma y ya estaban atravesadas por la historia de la carta. La más involucrada era La Chiqui. La cuñada de Telma con la que vive hace 50 años. Ambas enviudaron jóvenes y a partir de ahí viven juntas y son inseparables. Lili tenía que aparecer porque era la que había escrito la carta y queríamos saber su versión de los hechos. Así fue como su marido pasó a ser un personaje de la película también. No entendía porque su suegra estaba buscando a este Soldado y no quería mucho que lo filmemos a él pero siempre fue muy buena onda con todos. En general trataba de huir de las cámaras pero eso lo hacía gracioso también.

¿Qué querías transmitir de su vida y su búsqueda?

Siempre que se habla de una guerra, como es lógico, se piensa en el dolor que esta causa. El gesto de guardar por 40 años la carta de un desconocido, de haber compartido palabras en ese momento terrible y de seguir hasta hoy pensando en él, me parecían que volvía una acción aparentemente pequeña en algo enorme. Le cambia el valor a las cosas, a los vínculos y a la vida misma. Ese gesto de amor y humanidad lo podemos tener todos, y me encanta que la representante y protagonista de esto sea Telma de setenta y siete años de Villa Domínico con un humor único, con deseos de aventura y rodeada de amistad. Es mi heroína.

¿Pensaste que pasaba en el caso de que apareciera “El tano” y en el caso de que no?

El deseo era el de encontrarlo claro, pero sabíamos que la película era el camino. Estas amigas jubiladas revolviendo cielo y tierra para ponerle cara a tinta de una carta de hace 40 años nos parecía suficiente para encarar la búsqueda y la película aunque fuera con ese final incierto. Había película igual… el final tenía millones de posibilidades y seguro con él distintas sensaciones. Podía no estar vivo o podía estar vivo y estar mal, o no querer encontrarlas o ser una persona más compleja. El final podía ser mas triste o mas alegre según el resultado de esa búsqueda, pero la película se encontraba en ese camino a descubrirlo.

¿Por qué decidiste incluirte en el relato?

Esa idea comenzó porque queríamos contar la historia desde el principio y eso incluía la parte del cine debate con los jubilados. Como yo coordinaba al grupo de jubilados necesitaba si filmábamos, cumplir ese rol porque sino iban a estar perdidos. Quería registrar la actividad tal cual la hacíamos siempre y a la vez podía explicarles, desde adentro, cómo era hacer una película mientras la hacíamos. Siempre trataba de contarles como era con las películas de la pantalla y ahora estábamos viviendo la experiencia. Pensé que solo iba a estar en esas escenas pero Telma me convocaba todo el tiempo para decirme cosas o preguntarme y terminaba hablando fuerte para atrás de la cámara entonces en ciertas escenas decidí estar adentro para que fuera mas fácil comunicarnos. Entiendo ahora también que se cuenta esa experiencia de todos, de ellas y del equipo. Es mi primer largometraje y eso me atravesaba y aparece en la pantalla. Igual que todo lo que le pasaba a Telma. La búsqueda de Telma era nuestra búsqueda también, la del equipo de la película. Me atravesaba completamente.

¿Qué crees que aporta el documental a la reflexión sobre el pasado y, en particular, sobre Malvinas, la guerra y los soldados?

Pienso que en esta película cambia el punto de vista. La película está con ellas, con las personas que se quedaron acá y que vivieron otra guerra. Pero también el punto de partida es el presente. Hay otra distancia y está ese deseo de encontrarse. Es una búsqueda con alegría y esperanza, sin dejar de hacerse cargo de lo que fue y es Malvinas pero desde este pequeño lugar que cuenta la historia de personas en Villa Domínico que escribieron cartas y festejan el cumpleaños de un desconocido por 40 años sin haberlo visto nunca. Es recuperar la memoria mirando ahora también otros lugares que hay para contar.

¿Con qué te gustaría que se conecte la gente al ver la película?

Todos los personajes de la película siento que son super cercanos. Me gustaría que la gente conecte con ellas y empatice con cada uno que aparece. Me gustaría que conecte con sus emociones porque si las seguís te hacen reír a carcajadas y emocionarte con lágrimas. Esta bueno dejarse llevar por las emociones que te lleva el cine y sus historias.

¿Qué fue lo que más te gustó de compartir tiempo con Telma y sus amigas?

Aprendimos juntas de todo. Aprendimos mucho juntas del proceso de hacer una película y de la perseverancia. Me llevo también todos los chistes de Telma y sus amigas que son las personas mas ocurrentes que conocí jamás. Las más valientes también. No les importa nada. Son super divertidas y sensibles, todo se convierte en una anécdota con ellas. Son las personas que queres para tu batalla.

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