Alex Hassell es un talentoso intérprete británico que el público podrá reconocer al verlo el mes pasado en la adaptación live action de «Cowboy Bebop», donde componía nada menos que a Vicious, el némesis del protagonista a cargo de Jon Cho. Ahora regresa a las plataformas como parte de la adaptación del clásico de Shakespeare, que dirigió Joel Coen en solitario, en blanco y negro y con primerísimos primeros planos y que suena fuerte para la temporada de premios venidera.
«The Tragedy of Macbeth» es el debut en solitario de Joel Coen (sin participación en guion o producción de su hermano Ethan) tras las cámaras, adaptando el clásico de Shakespeare y con un elenco encabezado por su mujer, Frances McDormand y Denzel Washington, con Alex Hassell como Ross, rol clave de la tragedia. Para conocer más del trabajo en la película, Haciendo Cine habló en exclusiva para Argentina con Hassel, a quien ya puede vérselo en la propuesta a través de AppleTV+.
Antes de hablar de la película lo primero que quiero preguntarte es: ¿Cuándo supiste que querías ser actor? ¿Tenías algún referente o actor preferido?
Cuando tenía 12 años fui a ver una presentación amateur musical de navidad, hecha por jóvenes. Me impactó el espectáculo y supe inmediatamente desde ese momento que era lo que quería hacer. No tenía familiares o referentes en la actuación, continué viendo musicales amateurs hasta que llegué a Londres. Empecé a profundizar en Shakespeare, fui a la Escuela de Drama. Desde siempre admiré a James Dean y Marlon Brando, fui un gran fanático de su arte desde mis 16 o 17 años, desde que empecé en la Escuela de Arte Dramático.
Hablaste que comenzaste viendo muchos musicales amateurs. Hoy en día, ¿tenés algún género favorito para interpretar?
Me gusta el drama. Me gusta la comedia por supuesto, pero me gusta cuando me tocan estos personajes tan desagradables y con muchas capas. Disfruto encarnar su psicología, porque son completamente diferentes a mí. Me gustan los roles complicados, malos, violentos. Nada que ver conmigo pero me parecen fascinantes.
Este año te han tocado desafíos como este o tu personaje de Cowboy Bebop. ¿Qué te llevas para tu vida de estos roles?
Trato de comprender por qué estas personas hacen lo que hacen, sus motivaciones, mentales o físicas. Trato de entender cómo logran esos permisos para hacer las cosas que hacen.
¿Sos de elegir a los personajes?
Sí, en tanto que en la película como en la serie, tuve que audicionar. Pero no fue una decisión difícil. Cuando me dijeron que quedé, dije sí, por favor.
¿Cómo preparaste tu interpretación de Ross? ¿Cómo fue el trabajo en el set con Joel y los compañeros? ¿Cambia la manera de trabajar al ser una película en la que hay pocos elementos escenográficos y primerísimos primeros planos?
Fue una de las experiencias más maravillosas y reconfortantes que tuve hasta ahora en mi profesión, rodeado de personas tan talentosas, de las mejores, perceptivas e inspiradoras, como Joel, una persona increíble y un excelente director, Frances, Denzel, toda la compañía. Fue embarazoso para mí acercarme a ellos, pero fue muy fácil trabajar con ellos. En términos del trabajo en el set, lo que hizo Joel, con los primeros planos, fue concentrarse en la historia, pero en las palabras. Puso los diálogos literalmente en el centro de la película. Y al tener la cámara tan cerca debías concentrarse en las palabras. La cámara veía eso. Siendo fanático de Shakespeare, conociendo su obra, fue increíble poder concentrarme en sus textos.
¿Y qué pasaba con el resto del cuerpo cuando tenías la cámara tan cerca?
Esta es una pregunta fantástica, porque al tratar de comprender lo que estás diciendo, su verdadero sentido, especialmente en una película como esta, tratas que el cuerpo esté supeditado al proceso de deseos de tu personaje. Querés narrar con cada parte tuya, y Ross me dio el privilegio de hacerlo, también por la maravillosa vestimenta, esbelta, que me hacía caminar de una manera muy particular. Eran estas alas grandes que requerían cierto andar femenino, que fluía, y me hacía ver de una manera particular, femenina y masculina a la vez. También eso influía en cómo decía las cosas, las palabras, y con los primeros planos se puede ver esto.
Has participado de una infinidad de producciones en las que la vestimenta de época te pone de otra manera en la pantalla. ¿Qué tanto te ayuda para actuar y entrar en la época que se narra?
La vestimenta muchas veces impone algo al proceso, porque al leer el guion podes imaginar cómo es un personaje. Pero con la ropa se completa esa idea. En otras oportunidades la vestimenta es completamente diferente a cómo la imaginaste al leer el guion. Por eso puede funcionar de diferentes maneras. En la película la vestimenta me ayudó a encontrar al personaje, de diferentes épocas, y eso permite contar además maneras de la época, el mundo de una manera diferente, desde ella.