El cineasta Nicolás Teté (Ónix, La vida sin brillos) presenta en cines selectos y CINEAR TV su nueva película de ficción «Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el clóset», protagonizada por Facundo Gambandé, María Fernanda Callejón, Lucas Ferraro, Antonella Ferrari, Norma Argentina y Diego de Paula, entre otros.
La película se centra en Manuel (Gambandé), quien regresa a su ciudad natal para enfrentar a sus padres sobre la reciente revelación de su verdadera identidad sexual. Al llegar se topará con la mirada ajena, pero, principalmente, la mirada de la familia, que le continúa exigiendo cumplir con determinados mandatos, al mismo tiempo que se entera de algunos oscuros secretos que tiene el resto de la familia.
Gambandé recuerda su llegada al proyecto: “Con Nicolás nos cruzamos cuando ambos trabajábamos para Disney. Me convocó, me comentó de la película, me pasó el guion el cual me encantó. Me sentí sumamente identificado con la historia y el personaje y no dudé un minuto en hacerla. Después de eso nos reunimos, compartimos ideas y así se fue dando. Desde ese primer contacto hasta que comenzamos a filmarla pasó mucho tiempo, casi un año”.
Sobre su composición del personaje agrega: “Tenía que ver cómo interpretaba el laberinto de emociones que le estaba tocando a Manuel. Traté de ser lo más honesto posible con el personaje y llegar a donde tenía que llegar, ser feliz cuando él lo era, estar triste en los momentos dolorosos, componiendo todo a partir de experiencias propias y ajenas, de amigos y conocidos. El desafío era ser verosímil en cada momento y escena, donde hubo algunas muy tensas, cargadas de mucha emoción. Hay muchos momentos cargados de mucha información, pero sin diálogos, transmitiendo sólo con el cuerpo o la mirada. Eso fue un desafío para hacerla”.
Nicolás Teté arrancó muy de joven en el cine. Con tan sólo 31 años cuenta con cuatro largometrajes estrenados comercialmente; con el primero de ellos, «Últimas Vacaciones en Familia», dirigido con apenas 20 años.
Sobre su cuarto largometraje, recuerda: ”La primera vez que escribí el guion fue hace 10 años y hay muchos temas y tratamientos que se modificaron en mí, hay muchas cosas que pienso y siento que están, pero después muchas son propias de la película y de Manuel. Después hay cosas muy personales ya que la película se rodó en la casa de mis padres: el dormitorio de Manuel es el mío de chico, los materiales sobre Natalia Oreiro son míos. Hay cosas de mi vida que me guiaron la escritura del guion. La gran diferencia tal vez sea que Manuel no sabe muy bien qué hacer de su vida en términos profesionales y yo siempre quise hacer esto” reflexiona Teté sobre el origen de la propuesta y el material que trabaja.
La película se filmó en 15 días, en la localidad de Villa Mercedes, en San Luis. «Al rodar allá logramos una dinámica casi familiar conviviendo todos juntos. Para mí era fundamental esto y la película lo requería, porque además de ponerle mucho corazón, habla de las relaciones y era bueno lograr eso también”, menciona el director.
Para el elenco, además de a Facundo Gambandé, Teté eligió a Diego de Paula («a quien conocí en un festival de cine), Antonella Ferrari («a ella la había visto en 100 días para enamorarse) y María Fernanda Callejón, quien se sumó dos meses antes de empezar el rodaje. «Me la habían recomendado porque queríamos una figura popular en el elenco. Y lo que hizo en la película me encantó».
Consultado sobre qué cree que aporta la película a un cine diverso dice: ”creo que aporta un final feliz, porque esto no es común, siempre hay algo del sufrimiento. Además la película es LGBTIQ pero la puede ver gente que no lo es. Me parece que es una película que la puede ver mi abuela y la puede disfrutar. Además creo que tiene un aire diferente”.
LA ESTRELLA
Si bien el joven elenco tiene experiencia en series vistas por millones de personas, como Teté agrega, necesitaba alguien que fuera popular dentro del cine y el espectáculo argentino de todas las edades: entra María Fernanda Callejón. Muchos no lo recordarán, pero Callejón tiene historial con el cine argentino joven más independiente. Coprotagonizó «Sofacama», de Ulises Rosell en 2006, junto a Cecilia Roth y Martín Piroyanski, con quien volvió a coincidir años más tarde en el premiado corto «Un Juego Absurdo».
“Si bien es una película chica, tiene un contenido muy potente y valorable y viene de recorrer varios festivales LGTBIQ. Está contada desde el amor, desde el seno familiar, cero hostil. La película muestra la vida de una familia y es un momento increíble para que se pueda estrenar, es raro el estreno porque nunca vivimos como actores un estreno en pandemia”, menciona Callejón sobre el proyecto.
“Me costó componer a Clara, no sé si por mi trabajo o por donde yo empecé a moverme, allá cuando era adolescente. Soy cordobesa y a mis 17 años decidí ir a Buenos Aires. Para mí, si bien soy open mind, con una mente bastante libre, aun siendo criada con pensamientos de otras generaciones, mandatos, tabúes, otra sociedad, que no era esta, donde la Iglesia fue una gran contra del movimiento gay, aun me cuesta hablar de la diversidad. Esto no debería estar subrayado, pero hay que hablar, deconstruir mucho. Me costaba en mi línea de pensamiento ponerme en la piel del personaje, yo siempre me pongo allí, en el alma, sin juzgar y tenía que contar muy bien a esta madre, y no tengo que ver con su línea de pensamiento”, suma.
“Construir a Clara me sirvió para preguntarme qué me pasaría realmente a mí si mi hija, por ejemplo, fuese gay, porque es muy fácil opinar viéndolo desde afuera. Así que hablé con muchas personas, madres, con una en particular, que me sirvió para transitar el personaje y que los padres, lo primero que hacemos es no juzgar, pero sí te da miedo la mirada del otro. Obviamente en la película a Clara le preocupa el qué dirán, el afuera, en una ciudad como en la que transcurre el relato. Siendo yo de Carlos Paz te puedo decir que todos nos conocemos, y de hecho filmando en Villa Mercedes nos dimos cuenta que esto podía pasar allí”, finaliza.
Este es el trailer de «Todos tenemos un muerto en el placard o un hijo en el clóset»